En una reunión con Armando Pérez, designado al frente de la comisión normalizadora de la AFA, los dirigentes de los clubes de la B Nacional supeditaron el inicio del torneo de la divisional, previsto para el 13 de agosto, al cumplimiento de una serie de requerimientos económicos por parte de la entidad madre.
Antes de empezar un nuevo torneo, los dirigentes del ascenso pretenden cobrar de forma inmediata una deuda que acumuló la AFA al no pagar un canon mensual estipulado para cada entidad durante abril, mayo y junio, además de percibir en la primera semana de agosto el monto correspondiente a julio. También exigen una garantía de que cada entidad cobrará 1,5 millones de pesos cada 30 días durante 12 meses y la gestión por parte de la AFA del financiamiento de los operativos de seguridad de los partidos, el transporte de los futbolistas y la logística.
Las exigencias fueron contempladas en una petitorio de cuatro puntos acordados por el conjunto de los dirigentes de los clubes que animan la segunda divisional del fútbol nacional.
La movida dirigencial originada en el ascenso respondió a la incertidumbre que reina en la AFA sobre la disponibilidad de fondos para encarar la temporada luego de que fuera postergado el lanzamiento de la Superliga debido a una serie de objeciones que hizo la FIFA.
Una parte de los derechos de televisación de la Superliga iban a destinarse al ascenso, según el modelo expuesto en la previa de la votación que se desarrolló en la AFA para aprobar el nuevo esquema organizativo según el cual la Superliga tendría una comisión separada de la AFA a los fines de administrar lo concerniente al campeonato de Primera.
Sin la Superliga y con un destino incierto para el contrato de Fútbol Para Todos, por el cuál la AFA le vendió los derechos de televisión al Estado nacional, la dirigencia del ascenso se plantó ante Armando Pérez. Le comunicó al normalizador que la situación de los clubes del ascenso es insostenible si no aparecen fondos. La mayoría de los clubes tienen deudas con sus futbolistas.
