"Mucha gente permitió que esto sucediera", resumió Erica Labeguerie, del colectivo de familiares de víctimas del Instituto Próvolo en Luján.
Fue en la previa del inicio del juicio contra dos sacerdotes que dirigían un internado para sordos y a los que se acusa de abusar sexualmente de más de 20 niños y adolescentes que estaban a su cuidado. Dos sacerdotes -Nicola Corradi (83) y Horacio Corbacho (59)- y un empleado -Armando Gómez (49)- serán los primeros en sentarse en el banquillo. En otra instancia se juzgará a dos monjas, la regente del colegio, y personal administrativo y docente involucrados como partícipes necesarios o cómplices de de los abusos sexuales.
Dos monjas también están acusadas de haber sido partícipes necesarias en los abusos. Contra una pesa también el cargo de haber cometido abusos.
Lo que mantiene la atención del mundo sobre lo ocurrido en el Instituto Antonio Provolo para sordos no es sólo que las víctimas eran niños, incluyendo a pequeños de hasta 4 años, sino que también por su discapacidad no podían comunicar lo que les estaba sucediendo.
"Esto tiene que servir para tomar en cuenta cosas como la lengua de señas en las escuelas, las intérpretes en todas las instancias del estado, esto excede la cuestión individual", cerró Labeguerie en diálogo con La Mosquitera este lunes.
