Fracking en Argentina

Ser como Texas: el rol de Estados Unidos en Vaca Muerta

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Por Observatorio Petrolero Sur

Este informe de Platform London resume los esfuerzos directamente realizados por el gobierno de Estados Unidos para impulsar el fracking en Argentina. Las visitas oficiales de autoridades estadounidenses y argentinas a uno y otro país, que suman al menos diez en los últimos dos años, seis de ellas de nivel ministerial, se han centrado en incrementar la presencia de compañías petroleras e inversores estadounidenses en la Patagonia.

El Departamento de Estado considera interés estratégico la promoción de la extracción de gas de esquisto en Argentina, como demuestra el programa de capacitación de varios años en el que académicos y funcionarios con sede en Estados Unidos hacen recomendaciones sobre regímenes fiscales, negociaciones con comunidades locales y seguridad ambiental a sus homólogos argentinos. No hay información pública sobre las propuestas legislativas y fiscales que el Departamento de Estado está promoviendo a la provincia de Neuquén, y se desconoce si la provincia las está adoptando.

Los dos proyectos que la agencia para el desarrollo OPIC está considerando financiar con un monto total de US$800 millones amenazan con:

  • Asegurar la extracción de 8,5 millones de toneladas de dióxido de carbono anuales que potencialmente pueden liberarse a la atmósfera durante los próximos diecisiete años, a través de un nuevo gasoducto que conecta los yacimientos de Vaca Muerta inicialmente con el uso industrial y la exportación
  • Hacer posible la extracción de 11,1 millones de toneladas de CO2 al año en 110 pozos de fracking perforados por Vista Oil & Gas

Hasta el momento, Vista no ha consultado a las comunidades indígenas que pueden verse afectadas por el proyecto (lo que supone una violación del derecho al consentimiento libre, previo e informado), no se ha puesto en contacto con otras comunidades locales ni miembros de la sociedad civil ni ha proporcionado información sobre algunos de los riesgos más graves del proyecto, incluidas la contaminación del aire y el agua.

La combinación de estos esfuerzos diplomáticos y financieros crea una influencia oscura e impenetrable en la gobernanza energética argentina y suponen un impulso para liberar una de las “bombas de carbono” más grandes del mundo.

Este es el informe completo:

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