El presidente del país del Este es presionado por la oposición a firmar un pacto comercial, mientras Moscú, que es su principal aliado no admite el acuerdo.
El mismo día que unas 200.000 personas volvieron a copar la Plaza de la Independencia en Kiev, la Unión Europea anunció que las negociaciones con Ucrania "están suspendidas" hasta que ese país demuestre un "compromiso claro" para firmar un Acuerdo de Cooperación, resistido por Rusia.
Pese a las promesas del gobierno ucraniano de los últimos días de reanudar las negociaciones y firmar "pronto" un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE), el comisario europeo de Ampliación, Stefan Füle, advirtió el domingo que los trabajos "están suspendidos", según informó la agencia de noticias EFE.
"Nuevas discusiones están condicionadas a que haya un claro compromiso para firmar. Los trabajos están suspendidos, no he tenido respuesta" explicó el funcionario en un mensaje en la red social Twitter.
"Las palabras y las acciones del presidente (Viktor Yanukovich) y el gobierno respecto al acuerdo de Asociación están cada vez más alejadas", agregó.
Hace tres semanas el gobierno dirigido por Yanukovich anunció que había decidido suspender la firma de un acuerdo que incluye la apertura de la economía ucraniana al bloque europeo porque consideraba que el país no estaba listo.
Inmediatamente todo el arco opositor acusó al mandatario de ceder ante las presiones de su principal aliado, el presidente ruso Vladimir Putin, lo que después confirmaron las propias autoridades ucranianas.
Descontentos por la férrea alianza con Moscú y las frías relaciones con la vecina UE, cientos de miles de personas salieron una y otra vez a las calles de Kiev para pedir un cambio de política y la renuncia inmediata del presidente y de todo el gobierno.
Según la agencia local Interfax Ucrania, unas 200.000 personas coparon el domingo nuevamente la plaza de la Independencia en el corazón de la capital y las calles adyacentes, incluida la principal avenida de la ciudad, para realizar una asamblea masiva.
En la entrada de la plaza una pancarta con la frase "¡Entiéndanos, estamos hartos!" abría el paso hacia una marea azul y amarilla (los colores de la bandera ucraniana y también de la UE) que pedía envalentonada "gloria" para los "héroes" y para una "Ucrania europea".
La mayoría de los que estaban allí habían tomado la plaza y gran parte de la capital en 2004, cuando consiguieron revertir lo que consideraron que era la victoria electoral fraudulenta del hoy presidente Yanukovich.
Esa Revolución Naranja, como se la conoció, fue considerada por los medios internacionales como el primer levantamiento popular pro occidental en las repúblicas independientes del espacio post soviético.
Por eso la retórica de la Guerra Fría sigue viva en la plaza opositora y de la boca, nada menos, que del senador republicano y ex candidato presidencial estadounidense, John McCain.
El referente de la visión más belicista de Washington se dirigió a la multitud ucraniana y le aseguró que tienen el apoyo del "mundo libre, de Estados Unidos".
"Estamos aquí para confirmar que sus acciones inspiran a todo el pueblo a la lucha pacífica, para respaldar el derecho de los ucranianos a cambiar su destino de manera pacífica y democrática", agregó junto al senador demócrata Chris Murphy.
En 2004 Yanukovich había acusado a las potencias occidentales de apoyar y hasta financiar a los manifestantes pro occidentales. Sin embargo, esta vez las autoridades ucranianas evitaron las acusaciones y los ataques a sus vecinos europeos o a Washington.
Fuente: Télam