
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Gran Mendoza marcó en octubre un aumento del 2,4%, por encima del 2,2% de septiembre. La Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) informó que la inflación acumulada en lo que va del año asciende al 23%, mientras que la variación interanual se ubica en el 28,8%.
El índicador de precios de Vivienda y servicios básicos es el de mayor impacto inflacionario entre los rubros esenciales en Mendoza
La calma estadística contrasta con la realidad cotidiana: los rubros esenciales —vivienda y servicios básicos, alimentos y transporte— siguen creciendo muy por encima del promedio, erosionando el poder adquisitivo y obligando a las familias a destinar una porción cada vez mayor de sus ingresos a lo indispensable.
Vivienda y servicios básicos: el techo más caro
El capítulo “Vivienda y servicios básicos” subió un 3,4% en octubre, superando en un punto al IPC general. En la comparación interanual, acumula un incremento del 42%, casi 14 puntos por encima del índice global.
La explicación está en los aumentos de tarifas de electricidad, gas y agua, junto con ajustes en alquileres y expensas. Se trata de bienes de demanda inelástica: no pueden dejar de consumirse, por lo que las familias se ven obligadas a absorber el impacto. En dos años, el incremento supera el 800%, convirtiéndose en el principal factor de empobrecimiento y de reducción del consumo en otros rubros.
Alimentos y bebidas: la mesa también se encarece
El capítulo “Alimentos y bebidas” mostró una suba del 2,6% en octubre, por encima del promedio geeneral, con una incidencia de un punto porcentual en el índice general. En términos interanuales, acumula un 31,8%, lo que lo convierte en el segundo rubro más inflacionario del año.
Aunque los ingresos nominales permiten comprar la misma cantidad de alimentos, este equilibrio se logra a costa de resignar otros gastos. La sustitución de productos más caros por opciones más económicas se vuelve una estrategia cotidiana, pero el gasto total en alimentación sigue siendo inflexible.

Transporte: el boleto que no deja de subir
El rubro “Transporte y comunicaciones” aumentó un 2,8% en octubre. En Mendoza, el caso del boleto urbano es paradigmático: desde que la Nación quitó los subsidios, el pasaje pasó de $160 en enero de 2024 a $1.200 días atrás, el acumulado desde la quita de subsidios es de 650%.
El transporte público es semi-inelástico: indispensable para ir al trabajo o estudiar, pero más flexible en viajes de ocio. Sin embargo, el aumento constante del boleto golpea directamente a los sectores populares y refuerza la percepción de que la inflación “real” es mucho más alta que la que marcan los índices.
Aumentos incesantes
Aunque la inflación general muestra una tendencia a la moderación —por debajo del 3% mensual desde enero—, los aumentos en vivienda, alimentos y transporte generan una sensación persistente de inflación. La DEIE anunció que actualizará el año base del IPC para reflejar mejor los hábitos de consumo actuales, pero mientras tanto, los mendocinos siguen haciendo malabares para llegar a fin de mes.

