Llegó una misión para medir yacimientos

"Con la valijita vendiendo Argentina": el uranio de Mendoza en la guerra geopolítica por los recursos

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Hasta el 13 de noviembre el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) desarrolla su Misión de Examen Integrado del Ciclo de Producción de Uranio (IUPCR, por sus siglas en inglés) en la Argentina.

La confirmación de un acuerdo entre la administración de Javier Milei y el Tesoro de Estados Unidos, encabezado por Scott Bessent, sacudió el tablero económico y geopolítico argentino. El intercambio de divisas por hasta 40.000 millones de dólares fue leído como un salvataje para sostener las reservas del Banco Central. Pero la contrapartida excede lo monetario: supone una alineación estratégica con Washington y una cesión de soberanía sobre recursos críticos.

El segundo mandato de Cornejo selló la impronta pro  minera con un fuerte avance legal en beneficio de las empresas, a la vez que aceitó mecanismos de persecución de la protesta

El uranio, junto con el litio y las tierras raras, aparece como pieza central en la disputa global por los minerales estratégicos. Mendoza tiene dos reservorios de ese mineral que hoy está en auge: Corcovo en Malargüe y Sierra Pintada, en San Rafael.

En ese sentido, el gobierno de Alfredo Cornejo dio en los últimos meses pasos clave: no sólo ablandó leyes y reglas para atraer inversiones -la nueva Ley de Regalías es un paso clave en ese sentido- sino que viajó a cuanto foro internacional o cumbre empresaria existiese para promocionar los beneficios fiscales del subsuelo de Mendoza.

Cornejo ofreció los minerales y las reglas blandas de Mendoza en los Emiratos Árabes

La mirada internacional sobre el subsuelo argentino

A pedido de Donald Trump, Milei solicitó al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) una misión técnica para evaluar la infraestructura y los planes de producción de uranio. El vicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA),

Luis Rovere, habló de un “renacimiento de la minería de uranio” en un acto con funcionarios y expertos internacionales.

China y Estados Unidos se disputan el acceso a los minerales estratégicos argentinos, mientras el canciller Pablo Quirno subrayó que la presencia de Milei en reuniones internacionales “impacta en la atracción de inversiones” y exige “estar ahí todo el tiempo”.

Mendoza, epicentro del uranio

El yacimiento Sierra Pintada, en San Rafael, concentra unas 10.000 toneladas de uranio, superando incluso a proyectos patagónicos como Cerro Solo (Chubut) y Amarillo Grande (Río Negro). Operado históricamente por la CNEA, abasteció durante más de dos décadas a las centrales nucleares Atucha I y Embalse.

Hoy, el yacimiento está paralizado por falta de inversiones y rechazo social a su impacto ambiental. Sin embargo, su inclusión en el Presupuesto 2026, con una asignación inicial de 71.000 millones de pesos, marca el inicio de un camino hacia su reactivación. El gobernador Alfredo Cornejo posee la llave política y legal, dado que la Constitución Nacional otorga a las provincias la titularidad de los recursos.

Corcovo: la nueva apuesta

En Malargüe, el Proyecto Corcovo emerge como actor en el tablero energético global. Con beneficios fiscales y licitaciones blandas promovidas por el oficialismo provincial, busca explorar y eventualmente explotar uranio en unas 20.000 hectáreas de la Cuenca Neuquina, prolongación de la formación Vaca Muerta bajo suelo mendocino.

Antecedentes y proyección

Desde el descubrimiento de los primeros depósitos en Mendoza en 1946, Argentina produjo unas 2600 toneladas de uranio hasta 1997, cuando cesó la actividad en Sierra Pintada y comenzó a importar. Hoy, tanto la CNEA como empresas privadas impulsan proyectos de exploración en distintas regiones, en un contexto global de creciente demanda por energía nuclear como fuente limpia y segura.

Soberanía en disputa

El potencial uranífero de Mendoza, Chubut y Río Negro podría garantizar autonomía energética para el país. Sin embargo, el acuerdo con Estados Unidos abre un campo de batalla geopolítico: la supuesta prioridad para firmas norteamericanas en futuras licitaciones refuerza la estrategia de Washington de asegurar minerales críticos fuera de la órbita china. El uranio argentino, pieza clave en esa estrategia, se convierte así en un recurso disputado, donde economía, política y soberanía se entrelazan en un juego de poder global.

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