El nuevo escenario político generó reencuentros impensados de dirigentes enfrentados en las CGT y las CTA de Mendoza

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Las dos CTA volvieron a unirse en un acto contra los despidos de Cornejo. Entre ellos Javier Guevara y Gustavo Correa (CTA con origen en el SUTE) compartieron el escenario con Roberto Macho y Vicente Fresa (CTA con origen en ATE). Foto: @sekuencer

Se unieron por el espanto después de estar aislados entre sí por diferencias -se decía- irreconciliables: los dirigentes sindicales mendocinos en buen número están embarcados en procesos de unidad que no pensaban antes del cambio de escenario político nacional y provincial. La dirigencia local encolumnada en la CGT y la CTA con todos los matices de un colectivo amplio y diverso como ninguno -los trabajadores- reconoce en la política de los gobiernos de Macri y Cornejo el principal elemento que fuerza a la unidad sindical.

En el frente estatal de gremios surgió en los últimos días una foto imposible hace unos meses atrás, con los máximos dirigentes de las dos vertientes de la CTA en la Provincia juntos, mientras en la tradicional CGT más de secretarios generales coincidieron en la necesidad de normalizar la conducción para que haya una sola central en Mendoza.

En la CTA tuvo influencia decisiva el kirchnerismo para la división: el SUTE eligió aliarse con el kirchnerismo, mientras ATE prefirió combatirlo. Desde 2008 están enfrentados, actualmente incluso con dos CTA. Los despidos de empleados públicos y la política hacia el sector del gobierno nuevo volteó las barreras, ahora es cuestión de la capacidad de los dirigentes terminar coronando en la acción el espíritu de unificación. Por lo pronto

En la CGT fue más fuerte el factor Hugo Moyano que el kirchnernismo para las divisiones en la central a nivel provincial. El corazón de la conducción de la CGT oficial de Mendoza fue siempre moyanista, pero a nivel partidario local estuvo aliado al peronismo en el gobierno desde que asumió la administración Celso Jaque hasta la recta final de la gestión de Francisco Pérez, con cargos y bancas en la Legislatura.

Para las dos variantes del sindicalismo organizado en la provincia, la CGT y la CTA, el cambio de escenario político fue determinante de modificaciones en la construcción del esquema de alianzas del gremialismo. En común, se evidencia la urgencia por demostrar que hay unidad, por encima de las diferencias que evidentemente existen.

"Macri y Cornejo van a conseguir lo que los dirigentes sindicales hemos sido incapaces", reflexionó Gustavo Correa, secretario general de la CTA filokirchnerista mendocina, cuando Explícito le consultó si había una película posible detrás de la foto que lo mostró junto a Roberto Macho, líder de ATE, y Vicente Fresa, fundador del combativo gremio de los estatales en Mendoza, protestando contra el gobierno radical.

La foto de la unidad de los estatales locales la completó el titular del SUTE, Adrián Mateluna, y su antecesor, Javier Guevara. Se produjo en el escenario contra los despidos en el Casino de Mendoza, entre otras reparticiones provinciales en las que hubo recorte de plantillas de personal con la asunción del radical Alfredo Cornejo en la Gobernación.

Más de 40 gremios alineados en la CGT confluyeron la semana pasada a una convocatoria motivada por una corriente de unificación de la confederación gremial en Mendoza. Los llamados telefónicos que se iniciaron después de las elecciones que definieron el control político del país y la provincia definieron un cónclave de secretarios generales para tratar la normalización de la conducción de la central obrera en la Provincia.

El mandato del secretario general Rodolfo Calcagni está vencido desde 2014. "Yo había convocado antes para normalizar, pero no había consenso. Ahora los compañeros del secretariado general están convencidos y de acuerdo en que tenemos que ir unidos a la normalización", le dijo el experimentado dirigente de los colectiveros locales a Explícito graficando que el cambio de escenario en la conducción estatal nacional y provincial es el disparador principal del consenso sobre la unidad. Hasta las elecciones provinciales, un grupo de gremios se había embarcado en una fallida aventura electoral en las PASO del FpV con el paquista arrepentido Matías Roby como candidato a Gobernador.

Superado ese trance, el movimiento obrero busca generarse un polo de poder sólo posible con la fuerza de todos al servicio de una causa. En ese sentido, hubo coincidencia unánime de los secretarios generales cegetistas sobre la obligación del conjunto de defender los puestos de trabajo y el poder adquisitivo del salario frente "al ajuste", como descuentan que actuarán las medidas económicas del macrismo.

Calcagni celebró la participación en el proceso de normalización cegetista de Jorge Córdova. El petrolero tenía una CGT propia con un puñado de gremios menores afiliados para usar como tribuna independiente de la CGT oficial. Según manifestó el heredero político local de Antonio Cassia a sus pares, en adelante él y su gremio, el SUPEH, se alinearán a la conducción que resulte electa al final del proceso de normalización que se puso en marcha.

El principal escenario de la resistencia provincial al recorte en el Estado mutó desde las protestas contra los despidos en Las Heras, que fueron ejecutados por el intendente radical Daniel Orozco con una particularidad que se mete en la interna gremial: los militantes del Centro Empleados de Comercio, que responden al secretario general del gremio, Guillermo Pereyra, le dieron apoyo explícito a los despidos. Calcagni confirmó a este medio que Pereyra será convocado para el plenario de elección de la nueva conducción. El dirigente mercantil es legislador provincial por Cambiemos, frente al que arribó desde su participación en el Frente Renovador, de Sergio Massa.

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