En medio de un fuerte dispositivo de seguridad a poco más de dos semanas de la ola de atentados perpetrados por el grupo extremista Estado Islámico, que terminó con la vida de 132 personas y dejó más de 300 heridos, empezó la conferencia sobre el clima (COP21) en la capital francesa, con la presencia de 150 mandatarios de todo el mundo.
"Es una inmensa esperanza que no tenemos derecho a defraudar", porque está en juego "el futuro del planeta y de la vida", dijo el presidente francés François Hollande al inaugurar el evento.
A la par de las reuniones por el clima, el presidente francés tiene una gorda agenda vinculada a la guerra declarada al Estado Islámico luego de los atentados del 13 de noviembre. Los mandatarios de Rusia, España, Estados Unidos, Alemania e Inglaterra estarán en la capital francesa para definir los términos de la guerra en Siria.
"Nunca lo que ha estado en juego en una reunión internacional fue tan importante", agregó antes de admitir que el acuerdo que se negociará en París de aquí al 11 de diciembre debe ser "universal, diferenciado y vinculante".
Según Hollande, es importante "definir una trayectoria creíble capaz de contener el calentamiento por debajo de los 2 C, o incluso si es posible de 1,5 C. Será necesario establecer una evaluación regular de nuestros avances y un mecanismo de regulación a la altura de nuestros compromisos, cada cinco años".
El presidente de Francia usará el ámbito de la Cumbre del Clima para fortalecer su posición en la alianza para la guerra en Medio Oriente, que encabeza Estados Unidos. Francia era partícipe secundario de la guerra de Estados Unidos auspiciada por Inglaterra y Alemania en la zona petrolera más importante del mundo. Pero los atentados del 13 de noviembre le permitieron a Hollande posicionarse como estratega de una guerra que hasta ahora produjo cientos de miles de civiles en Siria, Irak y alrededores.