La Suprema Corte de Justicia de Mendoza confirmó el fallo condenatorio contra el policía Nelson González, quien asesinó a Fabio Basualdo el 7 de febrero de 2010 en uno de los tantos casos de gatillo fácil a cargo de la Policía de Mendoza. Fue condenado por los tres jueces de la Segunda Cámara del Crimen a 14 años de prisión en octubre de 2014.
González permanecía en libertad desde entonces y esta condena, en teoría, debería llevarlo a la cárcel, aunque no descartan una nueva apelación de su defensor, esta vez ante la Corte de Justicia de la Nación, para lo que tiene un plazo máximo de 15 días.
El policía fue hallado responsable del delito “Homicidio simple con dolo eventual”, tras el procedimiento realizado en Pueblo Diamante donde terminó asesinado Basualdo, un adolescente de 16 años.
Fabio vivía en aquellos días en el barrio Quiroga, de San Rafael. “Lugares como el barrio Quiroga o Pueblo Diamante, zonas muy pobres de San Rafael, están repletas de jóvenes. Hay mucho movimiento. Y se producen muchísimas detenciones arbitrarias por averiguación de antecedentes. Los chicos de esos barrios no pueden pisar las calles del centro. Y es algo común, naturalizado. Por más que se bañen, se pongan las mejores zapatillas, la mejor ropa, que se quiten la gorra… los llevan a la comisaría y los tienen ahí, una, dos horas”, describió Jennifer Arias, de la asociación civil Colectivo de Trabajo (La Coope), en entrevista con APe.
La investigación –denunció La Coope- había sido convenientemente preparada: “un revólver 22 cortito plantado por policías”, “policías investigando policías”, “códigos corporativos”, “cofradías”. Y luego reconstruyen un momento clave, tras el crimen: “el policía González fue llevado al lugar de su detención en un móvil por sus colegas; y allí fue custodiado por más colegas. El escenario del hecho fue alterado. El arma homicida fue secuestrada por otros colegas y peritada por otros, que tuvieron hasta la delicadeza de limpiarla antes de ponerla a disposición del juez”. Y comparan: igual que en “en el caso Bordón, donde una pericia policial se animó a decir que Sebastián ´se había caído´”.