El presidente sirio Basher al Assad consiguió un espaldarazo del Gobierno de China en su doble guerra contra la oposición armada que se mantiene levantada desde la denominada Primavera Árabe y el Estado Islámico, nutrido también con soldados de las facciones de la oposición al gobierno de Damasco.
Tras una reunión bilateral en Pekin entre los cancilleres de Siria, Walid Muallem, y China, Wang Yi, se anunció el apoyo del gigante asiático a la administración de Al Assad "en su lucha contra el terrorismo", además de confirmarse la decisión del gobierno chino de enviar ayuda humanitaria al devastado país de Medio Oriente por unos seis millones de dólares.
"Consideramos que se debe apoyar y respetar todo esfuerzo de luchar contra el terrorismo", expresó el canciller chino tras la reunión con su par sirio.
Wang Yi subrayó que "el futuro de Siria, el futuro de su sistema político y el destino de sus líderes debe ser decidido por el pueblo sirio" y anunció que Pekín concederá a Damasco ayuda humanitaria adicional por 40 millones de yuanes (6,1 millones de dólares).
Desde marzo de 2011 Siria es escenario de un conflicto armado que ha costado más de 220.000 vidas, según estimaciones de la ONU, o más de 320.000, según la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres.
Las tropas gubernamentales se enfrentan a diversos grupos armados extremistas, entre los que los más activos son el autodenominado Estado Islámico (Daesh en árabe) y el Frente al Nusra, proscritos en Rusia y otros países.
Al Assad dispuesto a negociar con la oposición, pero "sin injerencias"
Muallem aseguró que su gobierno está dispuesto a entablar negociaciones de paz con la oposición, pero "sin ninguna injerencia extranjera".
Muallem lo adelantó en Beijing durante una reunión con su homólogo chino, Wang Yi, según informó la agencia estatal de noticias siria Sana y reprodujo DPA. El gigante asiático se paró del lado del presidente sirio Bashar al Assad en la pelea que lo presenta contra Estados Unidos y Alemania, al mismo tiempo que representa el principal enemigo de los fundamentalistas que lideran el Estado Islámico.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas había aprobado hace una semana una resolución que respalda un plan de paz para Siria que contempla el inicio de negociaciones en enero sobre la formación de un gobierno de transición y la celebración de elecciones libres en un plazo de 18 meses.
La oposición siria exige que el presidente Bashar al Assad, a quien responsabiliza por la muerte de más de 200.000 personas desde que comenzó el conflicto en 2011, dimita cuando se inicie una fase de transición política en el país, demanda que rechazan el propio régimen sirio y sus aliados Rusia e Irán.
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