Mauricio Macri cargó de presión extra a los futbolistas del Superclásico y también a los que organizan y negocian el partido que se juega desde las 22 y unos pocos minutos en el estadio Malvinas Argentinas del Parque General San Martín de Mendoza. De paso por la Provincia, el jueves, Macri condenó la demostración deportiva demostrada por los futbolistas que protagonizaron el primer choque clásico del año, hace una semana en Mar del Plata.
El viernes el presidente hizo reunir al Consejo de Seguridad en el Fútbol, con la ministra nacional Patricia Bullrich a la cabeza, en Mendoza, adonde se sumó el gobernador Alfredo Cornejo al cónclave. Un día antes del Superclásico del verano mendocino, el gobierno reforzó su apuesta al fútbol con la reunión.
El Gobierno de Mendoza fue cambiando de mil a mil quinientos la cifra de policías afectados a la custodia del partido. La fuerza completa tiene menos de 8.000 uniformados dedicados a la seguridad pública distribuidos en tres turnos en toda la provincia. La demanda de policías del Superclásico es delirante comparada con la de una provincia con casi dos millones de habitantes y la extensión de Mendoza.
Para los eventos deportivos se reclutan policías de franco por mecanismo denominado recargo de servicio o cupos de recargo. Esto para no destinar a los operativos especiales los policías que tienen funciones de prevención diaria en el turno del partido. No se precisó en este caso cuántos policías de franco fueron reclutados y si entre la cantidad de policías anunciados al servicio del partido se contaron a algunos que cumplían el turno de rutina en una dependencia de la jurisdicción del Estadio o la ruta de los hinchas.
Macri con voz propia cuestionó la actuación de los futbolistas. Se supone que lo hizo con destino a los jugadores de Boca, que perdieron con River 1 a 0 en Mar del Plata con una actuación que decantó en tres expulsiones. También hubo una trifulca con jugadores millonarios, pero nada que se saliera de lo normal de una partido de verano, mal jugado como casi todos los del torneo. Pero Macri sentenció que el fútbol tiene que cambiar como "todo el país que quiere diálogo" y "luchar contra el narcotráfico".
No fue preciso el presidente sobre el esquema que está permitido a los técnicos, según las nuevas reglas del país, pero mandó a un funcionario de su gobierno a producir una intimación a Boca para que fuese duro en la sanción de Daniel Osvaldo y Cata Díaz por el comportamiento en el Superclásico.
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