Una granizada causó grandes daños en el Norte de San Martín, una zona de las más productivas de uvas del país

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Impresionante escenario pos granizada en San Martín. Foto: LegionEste.com.ar a nombre de Ignacio Menéndez
Impresionante escenario pos granizada del jueves en una finca del Norte de San Martín. Foto: LegionEste.com.ar a nombre de Ignacio Menéndez

Productores del Norte de San Martín relevaron grandes pérdidas este viernes como consecuencia de la granizada ocurrida en la tarde del jueves, con registros de hasta 100% de daños en algunas fincas.

La granizada afectó con mayor violencia a las plantaciones de los distritos del Noroeste del departamento, aunque las consecuencias de las tormenta se expandieron a todo el Este y también al Valle de Uco y la periferia Sudeste del Gran Mendoza, con daños en cultivos de Luján y Maipú.

La extensión más castigada en San Martín condensa una importante porción del total de viñedos del país, además de frutales. El Divisadero, Chimbas, Alto Salvador, Chapanay, Montecaseros, Nueva California y El Central resultaron con altos porcentajes de daños en sus cultivos, pero en Chapanay, al Norte de Palmira, se originó la mayor cantidad de denuncias catastróficas con daños de 100% en una parcela de miles de hectáreas. Alrededor los daños fueron variables.

Chapanay. Esta tarde 04/02/16

Posted by Mauro Sosa on jueves, 4 de febrero de 2016

La zona más afectada se caracteriza por la convivencia de una cantidad de empresarios pequeños y medianos enfrascados en una pelea contra los concentradores de los mercados del vino que al fin de cuentas son los que imponen precios y condiciones.

Entre los productores del Norte de San Martín castigados por las inclemencias del tiempo está puesto el ojo del gobierno de Alfredo Cornejo que busca millones de litros de vino para botar de modo de secar la oferta para tratar de mejorar los precios del producto.

Desde este viernes, además, los productores y sus empleados piden también otro tipo de intervención estatal. Cuando se lee daños del 100% implica que el cultivo en cuestión no volverá a producir en plenitud por dos o tres temporadas, siempre y cuando no sufra otro ataque climático.

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