Por Philip Pullella
Para Reuters*
ROMA (Reuters) - Para Nour Essa, una refugiada siria que salió de Lesbos en el avión del Papa Francisco la semana pasada, dejar la isla griega tuvo un dejo de sorpresa, alegría y pena y fue una decisión que debió tomar rápidamente.
"Me preguntaron '¿Estás lista para irte mañana a Italia? Irás en el mismo avión del Papa. Tienes que responder ahora'", recordó Essa, sentada en el patio de una escuela en donde tomará clases de italiano, junto a su marido y su hijo de dos años.
La propuesta se presentó en la noche del viernes pasado en el campamento para refugiados de Kara Tepe, en Lesbos. Menos de 18 horas después, la familia de Essa y otros nueve refugiados sirios, todos ellos musulmanes, iban en el avión papal.
Essa, microbióloga y su esposo, diseñador de jardines, vivían a unos 35 kilómetros de Damasco. Su casa quedó destruida en los enfrentamientos entre las fuerzas del Gobierno de Bashar al-Assad y las del Ejército de Siria Libre.
La persona que entrevistó a Essa y le pidió que decidiera rápido fue Daniela Pompei, de la Comunidad de Sant'Egidio, organización cristiana de caridad y paz con base en Roma.
"El tiempo era muy poco", dijo Pompei a Reuters. "Estaba pasando todo muy rápido", agregó.
Pompei dijo que había tres prerrequisitos básicos, siendo el más importante haber llegado a Grecia antes del acuerdo de marzo entre la Unión Europea y Ankara de enviar a quienes arribaran después de esa fecha de regreso a Turquía.
Cientos de personas que huyen de la guerra y la pobreza en Oriente Medio, Asia y África han muerto realizando el corto pero peligroso cruce desde Turquía a las costas de Grecia. Lesbos está repleta de tumbas sin nombre.
*Reporte de Philip Pullella, Editado en español por Janisse Huambachano