La militancia por la despenalización de la marihuana "se plantó en Mendoza", como reza uno de los slogans que marcharon este sábado en diversas localidades del mundo contra la persecución de los consumidores. Bajo la lluvia fina del otoño mendocino una columna de jóvenes desplegó color y sonidos al servicio de su causa.
"Estamos acá para que no hayan más consumidores detenidos, no para fumarnos un porro en la cara de un policía. Lo nuestro no es una provocación, es que estamos en contra de la exclusión", resumió Marcos, uno de los organizadores locales de la movida por la despenalización una vez que la marcha llegó a la Peatonal Sarmiento. Frente a la Legislatura se concentró la militancia, reducida respecto al encuentro previo en el Parque Cívico debido a las condiciones del tiempo, luego de transitar a paso de marcha y al ritmo de las murgas por el centro de la Ciudad en Flor, como se vendía la Capital unas décadas atrás.
"Estamos cansados de que nos lleven por fumar, es una discriminación de la policía en todos los barrios", argumentó sobre su presencia en la manifestación Joselo, del San Martín, uno de un grupo del barrio que marchó en el anochecer del sábado.
Vanesa fue porque "la prohibición es una coacción de la libertad y una excusa para permitir el narcotráfico". Y su amiga -"no pongás mi nombre", mandó sin lugar a dudas- aportó que "ella sabe porque estudia derecho: me convenció de que no es por la marihuana nada más, es por la libertad".
Y Jorge contó está presente "todas las vueltas que organizan una marcha porque la yuta no se aguanta más, no te deja vivir", mientras Carolina y Luana repartían unos brownie entre un grupo de amigos de Las Heras que acompañaron la marcha reivindicatoria de la marihuana con el termo y el mate.
La columna era nutrida, a pesar de la lluvia estuvo hasta el final. A la cabeza marcharon los portadores de la principal consigna: "Marihuana libre y medicinal", en una pancarta que ocupaba la calle a lo ancho. "Haz un churro, no la guerra", decía uno de los trapos en el frente de la ancha fila resumiendo el sentir de todos los que cruzaron sus motivos con este medio.
Esta vez, en la marcha de la marihuana tuvo un protagonismo sobresaliente la reivindicación del uso medicinal de la marihuana, que quedó marginado de los lauros científicos y de una consideración racional por la prohibición del Estado que hace posible el narcotráfico.
Así como permite que los abogados penalistas hagan fortunas sacando consumidores de las comisarías en el nombre de una ley que la Corte ha declarado inconstitucional, la criminalización de la tenencia para consumo ha obstaculizado la investigación científica de las propiedades curativas de la marihuana, a pesar de lo que los científicos se las han rebuscado para desarrollar remedios que mejoran las condiciones de vida de enfermos como ninguna droga de las que el Estado admite como negocio de las corporaciones de medicamentos.
En el final de la marcha, el senador provincial de Libres del Sur en Cambiemos, Ernesto Mancinelli, entregó a los organizadores de la marcha un proyecto de ley que descansa en los despachos del Congreso que fue presentado por la diputada nacional Victoria Donda. "Estamos a favor de la despenalización porque consideramos que los problemas de los adictos se resuelven desde el sistema de salud no desde la Justicia. Y en materia de derecho, hay un fallo de la Corte contundente contra la constitucionalidad de la criminalización", expuso a EXPLÍCITO el senador Mancinelli.
En las vísperas de la marcha, otra fuerza política llevó al Congreso la descriminalización en forma de proyecto de ley. La diputada Miriam Bergman y Nicolás del Caño, referentes del PTS en el Frente de Izquierda, presentaron el viernes un proyecto para legalizar el uso de la marihuana desde el cultivo, la comercialización y el consumo. En Mendoza, las banderas rojas del PTS local cerraron la marcha de la marihuana con la diputada provincial Cecilia Soria encaramada entre la militancia.
Marcos, de la organización de la marcha, explicó que analizarán los proyectos en danza en el Congreso para articular en la Legislatura local una iniciativa que contemple los reclamos, aunque la incumbencia en los mismos es netamente nacional: el cambio que se pretende es en el Código Penal, una facultad que tiene el Congreso con la sanción y el Presidente con la promulgación y que está bajo el control constitucional del Poder Judicial de la Nación.
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