La derecha venezolana fue defraudada por el presidente Mauricio Macri. Así lo hizo saber uno de los principales dirigentes de la oposición derechista que está embarcada desde hace muchos años en tratar de derrocar al gobierno chavista, incluso desde antes de la muerte del líder bolivariano Hugo Chávez Frías, sin tener que pasar por las urnas.
Henry Ramos Allup, presidente del Parlamento del país caribeño, fue el vocero de la desazón de la alianza de derecha con Macri, quien jugó siempre a favor de los intereses de ese grupo sin demasiados cuidados por las consecuencias institucionales de tal postura. Sin embargo, la estrecha ligazón entre el macrismo y los opositores venezolanos se extinguió en un abrir y cerrar de ojos cuando la representación argentina en la Organización de Estados Americanos descartó ponerse al frente de una movida destituyente contra el gobierno constitucional venezolano que encabeza Nicolás Maduro.
Argentina gambeteó una iniciativa del secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien pretendió invocar la Cláusula Democrática contra el gobierno del país. Esa medida se estableció para aplicar cuando un gobierno democrático es derrocado por un golpe de estado, pero en el caso venezolano se intentó aplicar contra la administración que tiene mandato constitucional.
Pena posición Argentina sesión OEA.Creíamos otra cosa después declaraciones sobre Vla Macri recién electo.Cristina al menos no era hipócrita
— Henry Ramos Allup (@hramosallup) 1 de junio de 2016
"Después del cambiazo, opositores democráticos venezolanos que somos amplia mayoría escribiremos "micro" en vez de Macri", escribió el parlamentario en otro tuit.
Argentina se sumó a un gran número de países que auspiciaron en la OEA la promoción de una vía alternativa a la aplicación de la Carta Democrática que había pedido Almagro en respuesta a una solicitud de los opositores que controlan el Parlamento venezolano.
El gobierno argentino había expresado previo a la asamblea extraordinaria que la carta pedida por los opositores y activada por Almagro "no necesariamente sirve" para resolver el problema del país caribeño.
La propuesta argentina llevó a que los 34 países miembros suscribieran en cambio una declaración de apoyo al proceso de diálogo que pretende iniciar el gobierno de Maduro con sus opositores respaldado por la Unión de Naciones Suramericana (Unasur).
La declaración aprobada por la OEA fue negociada en una sesión de diez horas a la que Venezuela, tras un receso de tres horas, se sumó con algunas modificaciones de poco calado, un texto que durante una semana habían negociado más de 20 estados bajo el liderazgo de Argentina.