La multinacional española Ferrovial apura el desembarco en Perú para encargarse de una obra que cayó en desgracia junto a la suerte judicial del titular de la constructora brasileña Odebrecht.
Involucrada en el caso de corrupción 'Lava Jato', la constructora más grande de América Latina se ha visto obligada a vender los activos que dependen de créditos a los que ha dejado de acceder. Así es como Odebrecht ha resuelto desprenderse de sus acciones en el mega proyecto del Gasoducto Sur Peruano (GSP).
El empresario brasileño Marcelo Odebrecht, expresidente de la empresa que lleva su nombre, fue condenado en marzo de 2016 a 19 años de prisión. Se lo encontró culpable de lavado de dinero y asociación criminal en el multimillonario fraude a la petrolera estatal Petrobras.
El negocio implica una concesión a 30 años con una inversión de 5.000 millones de dólares. Pero sobre ese total, 4.300 deben provenir de bancos o emisiones de bonos.
La construcción del GSP consiste en una obra de infraestructura energética que va desde la reserva de Camisea en el Cuzco hacia la costa del Pacífico, en un recorrido de 1.134 kilómetros. Si bien la idea era tener terminado el gasoducto para 2019, esto podría demorarse debido a los problemas de financiamiento producto del escándalo de Odebrecht.
Es que las entidades financieras informaron que no aportarían más dinero mientras la constructora brasileña siguiera siendo parte del proyecto. Entre los bancos que han manifestado esta posición figuran el BBVA, Credit Agricole, Natixis, Société Générale, Sumitomo Mitsui Banking, Bank of Tokyo-MitsubishiUFJ, Mizuho Bank, el Instituto de Crédito Oficial, Bank of Nova Scotia, ICBC Standard Bank, Citigroup, Intesa Sanpaolo y DNB ASA.
Fue así que Ferrovial vio la oportunidad. Según informó El Confidencial la empresa está por adquirir las acciones de Odebrecht a través de Cintra, la filial de concesiones del grupo de construcción y servicios. Esto implicaría el desembarco de la multinacional de origen español en la región que al día de hoy casi no tiene presencia. A pesar de tener presencia en varios países de Europa y EE.UU., la única inversión (de 880 millones de euros) en América Latina está en Colombia, donde gestiona una autopista.
