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"Lo primero que se me viene a la cabeza, y que pensaba recién en el vestuario, es que ya está, que se terminó para mí la selección. Son cuatro finales, no es para mí (risa nerviosa). Lo busqué, no se me dio, pero creo que ya está".
Las declaraciones de Lionel Messi un rato después de terminada la final de la Copa América viajaron de inmediato a los espacios centrales de los medios de comunicación del todo el mundo. Argentina acababa de perder con Chile la final del torneo organizado en Estados Unidos en la definición por penales. Messi erró su remate. Lo tiró por arriba del travesaño.
El partido que acababa de terminar fue un papelón. El árbitro brasileño López perjudicó notablemente a la selección argentina. Cuando el equipo de Messi era superior claramente a su rival, el árbitro dejó pegar a mansalva a los de rojo y expulsó al defensor argentino Marcos Rojo sin ningún motivo. Le adjudicó una falta inexistente. Desvirtuó el fútbol.
Al final del alargue y con el marcador en blanco, vinieron los penales y la victoria para Chile.
Al ser consultado sobre si era una decisión definitiva, el capitán argentino respondió: "Creo que sí, no sé, es lo que siento ahora. Es una tristeza grande lo que nos volvió a pasar. Encima me toca errar el penal a mí. Era importantísimo para tomar diferencia. Hoy me tocó errar a mí, ya está".
Luego volvió a hablar de la renuncia y dio sus argumentos: "Creo que es por el bien de todos. Por mí y después por todos. Hay mucha gente que desea eso. No se conforman, igual que nosotros tampoco nos conformamos con llegar a la final y no ganarla. La decisión está tomada". Y cerró: "Ya está, ya lo intenté mucho. Me duele más que a ninguno no poder ser campeón con la Argentina. Me voy sin poder conseguirlo".