El estado de deterioro físico y psíquico en el que fueron llevados cientos de prisioneros a declarar frente a jueces y fiscales fue el eje de el alegato de Dante Vega por la fiscalía en una nueva audiencia del Megajuicio, en el que siguió con la acusación contra los exjueces Otilio Romano, Luis Miret, Max Petra y Rolando Carrizo por delitos de lesa humanidad en calidad de cómplices y partícipes primarios.
"Sin camisa, agarrándose los pantalones porque se le caían por falta de peso..." "Con evidentes signos de torturas", moreteados, con cicatrices después de pasar por la "parrilla" de torturas del D2 entre otros escalofriantes detalles que brindaron Fernando Rule, Marcos Ibáñez, Silvia Ontiveros, Haydeé Fernández, Alberto Muñoz, Estela Maris Ferrón frente a fiscales y jueces, fueron retomados en el alegato de Vega para demostrar la información que omitían Romano, Miret, Guzzo y Carrizo en sus roles en la justicia federal en dictadura.
"Hubo prisioneros que dijeron los nombres de sus torturadores, y no los citaron a declarar", recordó el fiscal, que se enfocó en la causa Rabanal para sustentar sus acusaciones contra los exjueces.
"En agosto del 77 Guzzo ordena extraer compulsa y corre vista al doctor Romano. En diciembre Guzzo reitera el pedido, esos eran los tiempos que se tomaba la justicia para investigar estos hechos gravísimos, y lo reitera 7 meses después. En setiembre de 1978 Romano cita a brindar declaración informativa, no indagatoria, al jefe del D2 Sánchez Camargo, que no es interrogado sobre apremios ilegales sino sobre la lucha antisubversiva. Nadie le preguntó nada porque estaban entre cómplices. Nadie le preguntó porqué los presos proferían graves acusaciones en su contra, Camargo vino al tribunal y dio una clase de lucha antisubversiva. Y ordenaron el archivo de las actuaciones en octubre de 78", detalló Vega.
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