La Justicia estadounidense absolvió este lunes de todos los cargos al policía Brian Rice, acusado de la muerte de Freddie Gray, un joven negro asesinado en Baltimore en abril de 2015 en un caso que desató una ola de protestas y alimentó el clima de tensión racial que se vive en ese país.
El juez Barry Williams exoneró al policía blanco, de 42 años, de los cargos de homicidio involuntario, imprudencia temeraria y mala conducta aún cuando, según sostuvo la Fiscalía local, contribuyó a las heridas mortales en la columna vertebral que sufrió el joven negro mientras estaba bajo custodia policial en un furgón, tras ser arrestado.
La muerte de Gray, ocurrida el 19 de abril de 2015 después de haber estado en coma una semana, reabrió la grieta racial en Estados Unidos con la declaración del estado de emergencia en Baltimore, el despliegue de la Guardia Nacional, la instauración del toque de queda y centenares de detenciones.
Muertes como la de Gray no son nuevas en Estados Unidos; sin embargo, desde el asesinato de Michael Brown, un joven negro de Ferguson, Misuri, a manos de policías blancos en agosto de 2014, las comunidades afroamericanas en el país han decidido responder saliendo a las calles para pedir justicia y cambios reales.
La tensión nunca ha desaparecido en la escena política y social del país, pero desde hace un mes escaló dramáticamente. Estados Unidos vive un mes marcado por la tensión racial tras los tiroteos de Dallas y la muerte de dos jóvenes negros por gatillo fácil en Baton Rouge y en Minessota.
“La gente negra es tres veces más propensa que la blanca a ser víctima de la policía en Estados Unidos. El año pasado, la policía mató a más negros desarmados que blancos armados. Y eso teniendo en cuenta que los negros son solo el 14% de la población aquí", expuso Sam Sinyangwe, un investigador y activista que fundó el proyecto Mapping Police Violence (Mapeando la violencia policial).