El movimiento del clérigo turco Fethullah Gülen tiene presencia en 171 países, entre los que se encuentra Argentina. La figura de Gülen ganó mayor notoriedad desde el 15 de julio, cuando el presidente Tayyip Erdogan culpó al clérigo autoexiliado en Estados Unidos de estar detrás del golpe fallido contra su gobierno.
El portal en español de la BBC de Londres presentó un informe sobre la presencia del movimiento de Gülen en América Latina, con la firma del periodista Arturo Wallace.
"Trabajamos de manera independiente, pero inspirados por la palabra, el legado y las acciones de Fethullah Gülen", explicó Nancy Falcón, directora del Centro de Diálogo Intercultural Alba de Argentina, una ONG de la factoría del carismático líder reliogioso perseguido por el gobierno turco.
Erdogan ha encauzado o detenido a 60 mil personas desde el golpe fallido, la mayoría militares, jueces y seguidores de Gülen.
"Apertura, diálogo, encuentro con el otro y educación en valores; los valores del trabajo duro, de hacer las cosas bien, de respetar, no mentir…", es el resumen que hizo Falcón al medio británico de los principios que guían al movimiento.
Los seguidores de Gülen se diferencian de otras expresiones del islam. "Son los valores de mi religión, que tiene más de 1.400 años, y no los que promulga Daesh, que es un mal ejemplo y que rechazamos", le dijo a BBC Mundo Erhan Cokcoskun, director del Centro de Intercambio Cultural y Educativo México-Turquía de Ciudad de México, refiriéndose por su apodo al grupo que se hace llamar Estado Islámico.
Y esa interpretación de los valores del islam del Movimiento Gülen— diferente de la que domina en potencias como Irán o Arabia Saudita— también trata de abrirse paso a través de diferentes iniciativas en Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela.
En la mayoría de estos países su principal vehículo son los Centros de Lengua y Cultura Turca AnadoluDKM, que comparan su labor a la del Consejo Británico o la Alianza Francesa, organismos que promueven en el mundo la lengua y la cultura inglesa y francesa, respectivamente.
"Cada centro se acomoda a la cultura de cada lugar, a las necesidades de cada lugar", explicó Nancy Falcón, para quien la realidad argentina empujó naturalmente al Centro Alba a trabajar temas como el diálogo interreligioso y la educación.
En ese país, la enseñanza del idioma turco y los esfuerzos por dar a conocer su cultura corren por cuenta de la Fundación de la Amistad Argentino Turca, que vendría a ser la expresión local de Anadolu DKM.
Y en Buenos Aires también opera una escuela vinculada a Hizmet: el Colegio Hércules, como también pasa en México con el Colegio de Excelencia Raindrop, en Brasil con el Colegio Belo Futuro Internacional y en Venezuela con el InstitutoEducacional Los Azulejos.
El movimiento, de hecho, está vinculado a miles de escuelas en al menos 130 países de todo el mundo, así como a universidades, periódicos, televisoras, revistas (en América Latina, la revista Cascada), estaciones de radio "e incluso un banco", como explicó en 2011 el periodista de la BBC Edward Stourton.
"La enorme red no tiene parangón. No tiene estructura formal, ni organización visible ni miembros oficiales", destacó en esa oportunidad Stourton.
La amplia agenda del movimiento y su evidente búsqueda de influencia a través de vínculos con el empresariado y su trabajo en educación, sin embargo, nunca han dejado de generar sospechas.
El gobierno del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que lo apoyó en un primer momento, empezó a distanciarse de Gülen en 2012 y en 2016 clasificó a su movimiento como "organización terrorista", para ahora acusarlo de estar detrás del levantamiento militar del 15 de julio.
Sobre las repercusiones de estas circunstancias generadas por la situación política de Turquía en la actividad de los seguidores de Gülen en Argentina, Nancy Falcón consideró: "Lo que hemos recibido son llamadas de gente preocupada por nosotros, que no se creen las acusaciones. Y es que nos conocen no sólo por el discurso, sino por la acción".
Fuente: BBC Mundo