Cientos de miles de Chilenos recorrieron las calles de 50 ciudades y 250 comunas para protestar contra el sistema de capitalización individual que se instaló en el país en 1981, bajo la dictadura de Augusto Pinohet.
“Llamamos a prepararnos para múltiples actividades y acciones de aquí al 4 de noviembre, fecha en la que deberemos hacer sentir toda la fuerza de nuestro movimiento. Si no se nos quiere escuchar, entonces la paralización de todo el territorio nacional será inevitable”, proclamó ante la convocatoria Luis Mesina, líder del movimiento “No+AFP”, que exige de la derogación del sistema privado.
Se trata del espejo en el que se miró la creación de las AFJP de Carlos Menem, en Argentina, que transfirió los aportes de los trabajadores en concepto de jubilación a los bancos y otros aventureros de la timba financiera.
El movimiento “No+AFP” informó de una convocatoria superior a 1,3 millones de personas, mientras que vecinos de la principal arteria de la capital proyectan la mayor manifestación en Santiago en una década.
En la capital se advirtieron cuadras enteras de personas caminando desde la Plaza Italia hasta Los Héroes.
Vecinos del sector proyectaron que la cantidad de gente que marchó es superior a la del pasado domingo 24 de julio, y a las emblemáticas manifestaciones estudiantiles de 2011. La mayor en diez años, apuntaron algunos.
Tal como sucedió hace ya un mes atrás, el hashtag “NoMásAFP” se convirtió en tendencia planetaria, dato a tomar en consideración pues, por ejemplo, el hecho coincide con el cierre de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
“Un millón, quizás dos millones. Qué importa. Lo que importa es que los trabajadores piden #NOmasAFP“, escribió Mesina.
“Esta es una demanda que no tiene diferencias, es transversal, tienen todos cabida aquí”, agregó el organizador.
En palabras de Mesina, la de hoy “es la expresión de un pueblo que despertó, de la ciudadanía que no quiere seguir bajo la camisa de fuerza de este sistema que ha permitido las riquezas de unos pocos en desmedro de las grandes mayoría”.
Al igual que la protesta de julio, ésta se realizó de manera completamente pacífica, e incluso los manifestantes se dieron el tiempo de expulsar a un grupo de encapuchados que quiso sumarse con un lienzo que pretendía colgar en un paradero del Transantiago.
Fuente: The Clinic