Un equipo internacional de astrónomos descubrió un planeta parecido a la Tierra que orbita a su estrella, Próxima Centauri, cada once días y tiene una temperatura que permitiría la existencia de agua líquida en su superficie. Este estudio fue publicado en la revista científica Nature.
"Este mundo rocoso es un poco más masivo que la Tierra y es el exoplaneta más cercano a nosotros y también puede ser el planeta más cercano que pueda albergar vida fuera del Sistema Solar", consignó una nota de prensa el Observatorio Europeo Austral (ESO), y desde cuyos telescopios los expertos lograron identificar al planeta.
Próxima b, el nombre del planeta en cuestión, orbita alrededor de Próxima Centauri, una enana roja que es la estrella más cercana al Sol y la posibilidad de que exista vida en los planetas en torno a este tipo de estrellas es objeto de debate entre la comunidad científica internacional. Posibilidades existen pero para verificarlas queda mucho trabajo por hacer y muchas horas de observación con instrumentos, incluso, que aún están por construir, explicó el español Pedro J. Amado, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), uno de los firmantes del estudio difundido por Nature.
"Hablar de vida en el nivel de conocimiento que tenemos del planeta es ir demasiado lejos" porque, entre otras cosas, para que un planeta tenga una temperatura sobre su superficie que permita agua líquida -lo que posibilita la aparición de vida, al menos como la conocemos- se necesita una atmósfera que lo proteja y caliente".
Si el nuevo planeta tuviera atmósfera con gases que produjeran efecto invernadero "sería suficiente para calentar ese poquito más que necesitaría su superficie para que el agua estuviera en estado líquido", según Amado, quien puntualizó que también hay que demostrar, por tanto, que existe hielo en este cuerpo celeste.
"Estos son dos pasos fundamentales", aclaró Amado, para quien el hallazgo de Próxima b es "super excitante" porque el planeta está, a escalas del universo, "ahí al lado, en el rellano de nuestra casa".
Su estrella es muy fácil de alcanzar para el estudio, y para este trabajo se observó durante el primer trimestre de este año, además de usar datos públicos tomados en los últimos 16 años. Las observaciones se hicieron con el espectógrafo HARPS del telescopio de 3,6 metros de ESO en La Silla (Chile) y la estrella fue monitorizada simultáneamente con otros telescopios del mundo.
Esto se hizo dentro de la campaña Pale Red Dot, en la que un equipo de astrónomos, dirigido por el español Guillem Anglada-Escudé, de la Universidad Queen Mary de Londres, buscaba el pequeño bamboleo que por la fuerza de la gravedad provocaría en la estrella la existencia de un planeta en órbita, explicó el ESO.
"Seguí revisando la consistencia de la señal todos los días durante las 60 noches de la campaña Pale Red Dot: los 10 primeros fueron prometedores; con 20 ya fueron consistentes con las expectativas y a los 30 días el resultado era bastante definitivo, ¡así que empezamos a redactar el artículo!", relató Anglada-Escudé.
Las primeras señales de un posible planeta se vieron en 2013, pero tal y como explicó Anglada-Escudé en una teleconferencia organizada por Nature, es ahora cuando la señal es convincente.
Los datos revelan la existencia de un planeta con al menos 1,3 veces la masa terrestre que gira en torno a Próxima Centauri cada 11,2 días a una distancia de unos 7 millones de kilómetros, según una nota del CSIC.
Se piensa que en torno al 70% de las estrellas de nuestra galaxia son enanas rojas, como Próxima Centauri, más débiles y pequeñas que el Sol. Este tipo de estrellas presentan, además, períodos de actividad repentinos cuya señal puede confundirse con la de un planeta, según Cristina Rodríguez, del IAA y también autora del informe.
Para excluir esta posibilidad fueron claves las observaciones hechas por el telescopio ASH2, en el observatorio SPACEOBS en San Pedro de Atacama (Chile), y operado por el IAA, agregó Rodríguez.
Desde el CSIC también se recuerda que el proyecto Starshot, apadrinado por el físico británico Stephen Hawking, plantea el envío de una flota de naves minúsculas al sistema estelar triple Alfa Centauri, del que forma parte Próxima Centauri, para buscar planetas potencialmente habitables.
"En el marco de este proyecto, Próxima b constituye el único planeta que se podría visitar en el plazo de una generación", concluyó Amado.
Fuente: Público con información de la agencia EFE