El padre de Aylan Kurdi, el niño tendido boca abajo sin vida en una playa turca cuya foto se volvió viral con títulos lacrimógenos encabezados con la frase "La conmovedora foto..." reveló dolido sus impresiones sobre esa difusión masiva a la que le siguió una indiferencia masiva. En entrevista con diario El Mundo, Abdalá Kurdi señaló: "Vivo sumido en una tristeza que no tiene fin. A diario recuerdo a mi familia y revivo el desastre. La fotografía de Aylan no sirvió para nada. Cambió algo las cosas durante los dos primeros meses que sucedieron a su muerte pero después, nada. Los países europeos cerraron sus puertas en las narices de los refugiados que esperaban su auxilio".
En el naufragio, el tercer y trágico intento de alcanzar la isla griega de Kos, Abdalá perdió también a su esposa Rehana y a su hijo Galib. Su drama familiar, retratado en el cuerpo sin vida de su vástago de tres años, se convirtió en icono de la cruenta guerra civil siria. Abdalá enterró a sus seres queridos en el enclave kurdo sirio de Kobane y reside ahora en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí.
El Mundo entrevistó también a la hermana de Abdalá, Tima, radicada en Canadá -el mismo país que negó el asilo a la familia Kurdi-, quien dijo que la noche previa al aniversario su hermano no durmió. "Me contó que en la habitación había creído ver a sus dos hijos sentados junto a él en la cama. No sé cómo ayudarle", lamentó. "Para el mundo ha transcurrido un año de todo aquello. Nosotros, sin embargo, lo seguimos sintiendo como si hubiera sucedido hace unos minutos. No podemos volver a ser los mismos", agregó.
La condena a cuatro años de cárcel contra los dos traficantes sirios responsables del naufragio, dictada por un tribunal turco el pasado marzo, no alivió a los parientes de Aylan. "La situación -denuncia Tima- es mucho más grave que un par de mafiosos. La gente está desesperada. Prefiere arriesgarse embarcándose en una peligrosa travesía que permanecer en su casa. En el fondo dicen: 'vamos a morir de una forma u otra'. Somos seres humanos y tenemos derecho a ser protegidos. Niños como mi sobrino siguen muriendo a diario. Que en Occidente se pongan en nuestra piel y piensen qué harían si tuvieran nuestras circunstancias".
En la guerra de Siria han muerto más de 11.000 niños y en unos 200.000 viven en zonas bloqueadas a las que no entran comida ni servicios sanitarios.
Desde la foto de Aylan Kurdi, un niño de tres años hallado ahogado en setiembre de 2015, han muerto más de 300 niños en el mar. Según los datos que maneja Save The Children, desde el inicio del conflicto sirio han muerto más de 11.000 menores.
Los 3,7 millones de niños nacidos en los años de conflicto se enfrentan al terror cada día: bombardeos, hambruna y enfermedades conforman el cóctel.
Hay más de 200.000 niños en ciudades sitiadas, muchos no van al colegio y, si lo hacen, reciben las lecciones en sótanos porque casi no quedan colegios en pie. A comienzos de agosto, seis escuelas del noroeste de Siria fueron atacadas en menos de una semana.