El secretario general de La Bancaria y cabeza de la Corriente Federal de los Trabajadores, adherida a la CGT unificada, Sergio Palazzo, consideró que los bases están empujando a la dirigencia sindical a endurecer la postura contra la política del gobierno de Mauricio Macri.
"Las opciones que toma la dirigencia sindical estando o no el peronismo en el poder pasan a ser cuestiones secundarias hoy, porque son los trabajadores los que están en la calle y son los que van a terminar imponiéndole a la dirigencia, aunque no quiera, una medida nacional y la necesidad de que se pongan al frente de la lucha", advirtió el dirigente gremial de cuño radical en una entrevista con Martín Piqué para Revista Zoom.
Palazzo participó en la Marcha Federal que organizaron las CTA y es uno de los dirigentes cegetistas que más insiste en la necesidad de que el movimiento obrero organizado responda con más vehemencia a la avanzada de la política económica contra el poder el adquisitivo del salario. En promedio, los trabajadores pueden comprar 12% menos que antes de Macri en el poder haciendo el mismo trabajo. Además, según los datos de los gremios hay más de 200 mil despedidos en lo lleva de mandato el Pro.
El líder de los bancarios planteó la realización de un paro en el cónclave que culminó con la conformación de un triunvirato para dirigir una CGT única: Juan Carlos Schmidt, Héctor Daer y Carlos Acuña.
“Esto tiene que continuar con la declaración de un paro nacional, con un plan de lucha por parte de todas las centrales de trabajadores para ponerle un freno a las políticas de Macri, que hasta ahora han traído un desmejoramiento de la calidad de vida de los argentinos”, insistió Palazzo en diálogo con Zoom durante un alto de la movilización que atravesó la ciudad de Buenos Aires.
El sindicalista advirtió que el despliegue en las calles no tiene que ver con la búsqueda de la destitución de Macri sino como método para la atracción de la parte de la sociedad que no convalidan ni el modelo ni el relato del macrismo hacia una construcción política que se traduzca en una propuesta electoral.
"Nosotros no somos golpistas", respondió Palazzo a las acusaciones que les hace el macrismo y sus aliados a cualquiera que cuestiona el plan en ejecución.
La afirmación del dirigente surgió dentro de la respuesta al pedido de comparación entre la Marcha Federal contra el Menemismo, en 1994, que -marcó Piqué- tuvo éxito en las calles pero no alcanzó para derrotar al gobierno de entonces en las urnas.
"En principio -respondió Palazzo- hemos ganado tiempo. Aquella Marcha Federal se hizo después de cuatro o cinco años del gobierno de Menem. Acá a los ocho meses estamos saliendo a la calle. Es la primera enseñanza que nos dejaron los ’90. No darle tiempo a la derecha. Lo segundo: toda situación tiene que venir por la vía democrática. Nosotros no somos golpistas. Y creemos que a partir de la lucha del movimiento obrero y de los trabajadores en la calle hay que empezar a conformar un frente con todos los sectores agredidos por este modelo para luego confrontar en las urnas y terminar con este modelo a través de esa vía".
En otro orden el bancario consideró erróneo creer que el anuncio de Macri a favor de la devolución de plata a las obras sociales sindicales servirá para "comprar" dirigentes contra los intereses de los trabajadores.
En términos de Palazzo: "Si alguno ha tenido esa visión y cree que es así seguramente se va a dar de bruces con la realidad porque el acuerdo por obras sociales es un engaña pichanga, como se diría en el barrio. Porque la plata que se va a pagar tiene que ver con expedientes atrasados que las obras sociales ya han pagado y lo que está haciendo el gobierno es financiándose con la plata de los trabajadores".
Agregó sobre el tema el dirigente: "Lo segundo, hay una expoliación de 8.000 millones de pesos que se le sacan a las obras sociales para mejoramiento del hospital público: eso es responsabilidad del gobierno, el mejoramiento de los hospitales públicos, y no de las obras sociales. No obstante ello, creemos que puede ser un aporte de los trabajadores registrados hacia nuestros compañeros que no están registrados en obras sociales. Y sobre el resto del dinero, yo digo que es un engaña pichanga y que no va a cobrar nadie nada –para terminar con el mito de aquellos que creen que hicieron un gran acuerdo, sobre todo los negociadores de la CGT- porque es un bono a nombre de la Superintendencia de Servicios de Salud y no a nombre de las obras sociales, pagadero en el año 2020. Quiere decir: después de que se vaya este gobierno, el que viene, tendrá que pagarse un bono a sí mismo porque el bono es a nombre de la Superintendencia de Servicios de Salud, no de las obras sociales".