El sueño y las ganas del tandilense Juan Martín Del Potro chocaron con la potencia del suizo Stanislas Wawrinka quien lo eliminó del US Open, último Grand Slam del año, en cuatro set.
El suizo, número 3 del mundo, le ganó con parciales de 7-6 (5), 6-4, 3-6, 6-2 en un partido de tres horas y 13 minutos de duración y se disputó en el estadio "Arthur Ashe" de Flushing Meadows, en Nueva York.
Wawrinka aseguró su séptima semifinal de un torneo Gran Slam y segunda consecutiva de un US Open, tras derrotar a Del Potro, y ahora enfrentará el viernes, por el boleto a la final, al japonés Kei Nishikori (N.6), que sorprendió al número dos mundial Andy Murray por 1-6, 6-4, 4-6, 6-1, 7-5.
El milagroso regreso de Del Potro al circuito, luego de dos años arrastrando lesiones recurrentes de sus muñecas, quedó cortado en cuartos de final, instancia que alcanzó por primera vez desde las semifinales de Wimbledon de 2013.
El argentino, quien había ingresado al último Grand Slam del año por invitación, hizo un excelente torneo y escaló hasta el puesto 63 del ranking de la ATP en su regreso a la actividad luego de las operaciones en las muñecas.
Del Potro, ahora, se prepara para integrar el equipo argentino de Copa Davis que la próxima semana enfrentará a Gran Bretaña en las semifinales del Grupo Mundial.
La potencia de Wawrinka, puesta de manifiesto sobre todo en su tremendo revés, le permitió mantener a raya al argentino, quien sin embargo logró estar siempre en partido y arrebatarle el segundo set al europeo.
Sobre el final, y cuando Wawrinka estaba por servir para el partido, el estadio "Artur Ashe" -con gran cantidad de argentino- comenzó a vitorear a "La Torre de Tandil" y el argentino de 27 años se emocionó y lloró en pleno court, recibiendo una ovación.
Uno iguales en set, luego fue todo del suizo.
En el primer set el tandilense arrancó con fuerza y actitud y tras quebrar el servicio del suizo se puso rápidamente 3 a 0, y si bien Wawrinka logró descontar, todo parecía en favor del argentino con el transitorio 4-1.
Pero el suizo comenzó a hacerse fuerte en su revés, algo de lo que Del Potro careció, porque aún no tiene la fuerza necesaria como para desnivelar con ese golpe, al menos no en este nivel.
No obstante, la "Torre de Tandil" no pudo mantener su saque y el número 3 del mundo se le vino con todo, para igualar en el 4-4 y seguir igualados hasta el 6-6 y la llegada del tie break.
En la "muerte súbita" el europeo siempre estuvo arriba en el marcador, porque fue inteligente y profundo para jugar pelotas a las que Del Potro debía exigirse para llegar y así producir su desgaste.
En procura de no perder el tren del partido, Del Potro salió decidido a buscar a Wawrinka, atacándolo en la red, pero también teniéndolo lejos de la línea de fondo.
Wawrinka, a su vez, estuvo sólido con el revés y cada vez que el tandilense fue a buscarlo, recibió como respuesta un duro passing shot que lo dejó a mitad de camino.
Todo fue parejo y disputado hasta el séptimo game, donde Del Potro logró quebrarle, pero Wawrinka tuvo un "aliado" silencioso en muchos pasajes del partido y fue el "ojo de halcón" que siempre estuvo de su lado.
En la "ventaja" del 5-4 "Delpo" por fin pudo sentir su revés a dos manos para sacarlo de eje a Wawrinka y recuperar la opción de estar a tiro de quedarse con el set, incluso con la disputa del punto por segunda vez.
Pero el tercer set fue crucial para medir fuerzas y ahí el presente de Wawrinka fue demasiado para las ilusiones de "Delpo", porque si bien estuvieron parejos hasta el 3-3, el suizo a puro "ace" se adelantó 4-3.
Del Potro cometió su quinta doble falta del partido y si bien trató de mantener su servicio, Wawrinka fue lapidario con el revés paralelo y así le quebró para el 5-3, y minutos más tarde confirmó su gran momento con un saque firme.
Para el cuarto parcial Del Potro no arrancó pareja y cometió muchos errores no forzados, al tiempo que los tiros ganadores del suizo fueron siendo cada vez más recurrentes.
Un rápido 4-0 hacía quedar a Del Potro muy lejos del objetivo, y si bien acortó algo de distancia con el 5-2, nada pudo hacer para frenar el revés del suizo, que se convirtió en el arma clave para quedarse con el partido.