Un estudio de la Universidad australiana de Queensland descartó que los 43 estudiantes desaparecidos en 2014 en México fueran incinerados en un basurero por un cártel, como todavía sostienen las autoridades en ese país y en discrepancia con el pensamiento de los familiares de las víctimas y de organismos nacionales e internacionales de derechos humanos que mantienen una postura crítica con todas las investigaciones oficiales.
De acuerdo con el estudio, del que se hizo eco la revista Science y que recreó en Australia las condiciones del incendio, se hubieran necesitado unas 27 toneladas de madera para quemar 43 cuerpos y aún así habrían quedado restos de materia orgánica.
Los científicos usaron cadáveres de cerdos en lugar de cuerpos humanos y para un único animal de 70 kilos necesitaron 630 kilos de madera, y aún así el 10 % de la carne no alcanzó a consumirse.
También quemaron cuatro cerdos a la vez, para comprobar si la acumulación de grasa corporal avivaba el fuego, pero el resultado fue que el incendio disminuyó.
Además, el director de la investigación, el peruano José Torero, visitó el basurero en el que supuestamente fueron quemados los estudiantes y no observó rastros de un incendio masivo.
Torero sostuvo que en el caso improbable de que el cartel hubiera conseguido las 27 toneladas de madera, las llamas deberían haber dejado marcas en los árboles cercanos, por lo que concluyó que ahí no fueron quemados, reportó la agencia EFE.
La Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) de México sostuvo que los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa fueron detenidos la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, estado de Guerrero, por policías corruptos, quienes los entregaron a miembros del cartel Guerreros Unidos, que los mataron e incineraron sus restos en un vertedero de basura del municipio vecino de Cocula.
Un grupo de expertos designados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) conocido como GIEI ya indicó que no había evidencias científicas que confirmaran que los 43 jóvenes fueron quemados en el basurero.
Esa conclusión fue secundada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que también colaboró en la investigación a solicitud de los familiares de las víctimas.
El GIEI instó, además, a las autoridades mexicanas a "cambiar la narrativa" de lo ocurrido con los estudiantes, con lo que responsabiliza implícitamente de la misma al presidente Enrique Peña Nieto, quien se encuentra en el peor momento de su gestión, con el más bajo índice de aprobación popular y blanco reciente de un pedido de plebiscito para que se lo destituya.