El padre del ministro de Transporte macrista, Guillermo Dietrich, fue uno de los empresarios más indignados en un contexto de indignación general entre los participantes del Coloquio de Idea contra un cura católico. La reacción airada contra el cura del padre de Dietrich junto a medio centenar de empresarios en el hotel Sheraton de Mar del Plata fue reflejada por el portal Infobae, que incluso citó al empresario en la crónica.
El cura jesuita Rodrigo Zarazaga, quien ostenta un master en Harvard, rechazó la visión general del establishment argentino respecto a que los pobres prefieren cobrar un plan antes que trabajar.
El cura, invitado por los organizadores del encuentro anual de los dueños y CEOs de las empresas que dominan la economía nacional, apeló a la realidad para refutar la nefasta y errada idea de los patrones sobre los obreros: "Yo no conozco a nadie que gane (un plan) de $880 por mes que no quiera trabajar si le ofrecen un trabajo en el que le van a pagar 15.000 pesos".
El empresario Guillermo Dietrich, padre del jefe del Transporte macrista, le dijo a Infobae: "Nosotros ponemos mucho dinero para tratar de reducir la pobreza con los impuestos que pagamos y no me gustó como nos trató este sacerdote".
Y otro hombre de negocios que no fue identificado por el portal elevó el tono de la queja y advirtió que pedirá medidas para no tener que escuchar más críticas del tipo de las realizadas por el sacerdote: "No es justo que nos venga a criticar acá un sacerdote de la forma que lo hizo. Nos vamos a quejar a las autoridades de IDEA en las próximas reuniones".
El cura en cuestión tiene gran experiencia de trabajo en las villas del Conurbano, además de una amplia formación académica, que incluye un posgrado en la Universidad de Harvard. No obstante, su discurso es distinto al de la mayor parte de los gerentes de las empresas amigas del Coloquio de Idea. Y, como reflejó Infobae, ese discurso enfureció a los hombres de negocio que en su gran mayoría están eufóricos con el giro neoliberal de la política argentina de la mano de Mauricio Macri.
El cura repudiado por los empresario puso reparos a la alegría de los millonarios. "Estamos esperando la lluvia de inversiones, pero si llega, va a haber un sector que va a seguir en el desierto, por eso hay que invertir en planes de capacitación, porque si no el tren de la reactivación va a arrancar pero con medio tren desenganchado. La pobreza no es sólo un problema de ingreso, sino también de en dónde crecí; qué posibilidad de vivienda tengo; con qué posibilidad de educación, y de salud, para eso están el Estado y ustedes, los empresarios, para ayudar".
