La ex presidente Cristina Fernández presentó un escrito ante el juez Julián Ercolini, quien la había convocado en la causa que investiga la adjudicación de obra pública al empresario Lázaro Báez.
En ese escrito solicitó la nulidad del dictamen de los fiscales que la imputaron como jefa de una asociación ilícita. La ex jefa de Estado aseguró que la acusación en su contra es "un disparate mayúsculo".
"Es una maniobra de formidable de persecución política y hostigamiento mediático. No es original, lo vemos en Brasil con Lula y tiene como destinatarios a quienes representamos los procesos de inclusión social", agregó.
Y acusó: "Es una maniobra regional y del actual Gobierno que trata de tapar el desastre económico y social que hoy tiene la Argentina".
Al ser consultada sobre si la fuerza política gobernante quería apartarla de la carrera electoral, Cristina no dudó: "Buscan proscribirme, lo dicen claramente los dirigentes opositores; alguna denunciadora profesional de la oposición lo dice directamente… Yo creo que buscan la proscripción de un movimiento político", sentenció.
En rueda de prensa, la ex Presidente se permitió contar una intimidad de una charla que mantuvo con su abogado Carlos Beraldi, respecto de la acusación que se le hace: "El doctor me decía, 'si su Gobierno fue una asociación ilícita, este es una asociación ilícita terrorista, porque los ciudadanos sienten terror cuando les llega la factura de luz y de gas'".
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