Por Gabriela Valdés
@gabivaldes
"Nada de twitter, nada de reinas hot, nada de escándalos en esta vendimia", arengaron las chaperonas hace unas semanas a las competidoras por el cetro de belleza que ostenta hasta la noche del sábado Wanda Apellidosuperdifìcil I. Las soberanas distritales obedecieron y esta vez sólo hubo sonrisas de molde y conducta intachable. La noche de la Vía Blanca, después de tanto ajuste de corset, fue la prueba de fuego masiva de las soberanas.
La policía asegura que fueron más de 200 mil las personas que vieron pasar a las chicas por las calles del centro mendocino.
Hacia allí se encaminaron mendocinos y turistas repitiendo el ritual de la amansadora al borde de las calles, los pisotones, las fotos a las apuradas y la música cuyana, electrónica, cumbianchera y pop saliendo de 90 parlantes al mismo tiempo. Todo en el ring de la lucha libre popular por lograr un pedacito de pedacito de lo que alguna vez fue un racimo de uva, o un melón, o melonazo, o una ciruela o bueno... un folleto o un sobrecito de champú. Para miles, el sinónimo de la felicidad, para otros miles, una divertida versión del infiernillo.
Palco preferencial tuvieron la autoridades provinciales y nacionales, que vieron todo el espectáculo elevados un par de metros del resto de los mortales en el palco con sus invitados.
Antes de la Vía Blanca a las soberanas las mostraron ante representantes del cuerpo de cónsules de Mendoza en el Ángel Bustelo, quienes a su turno tuvieron palabras reconfortantes para las bellas chicas.
En el coqueto auditorio se sirvió una recepción que muchos evaluaron fue "para chuparse los dedos", pero traducido por los voceros oficiales se basó en "finger food". Para ponerle moño a la paquetería informaron que "la elegancia fue el patrón de este encuentro donde las damas lucieron prendas fínas y discretas, y los varones se presentaron con trajes y ambos. Todo acorde a la ocasión".
