Renault sufre una tormenta financiera al revelarse registros en sus instalaciones por posible incumplimiento de las normas medioambientales y pierde más de un diez por ciento en bolsa. El constructor automovilístico francés cerró la sesión en París con una pérdida del 10,28 por ciento, después de haber caído hasta el veinte. Arrastrado por su rival, Peugeot-Citröen se dejó un cinco por ciento.
En un comunicado, la dirección de Renault reconoció haber sido objeto de estos registros la semana pasada en su sede y dos centros de ingeniería y tecnología en las afueras de París por parte de un organismo antifraude del Gobierno. La compañía añade que una comisión independiente puesta en marcha por el Ejecutivo no detectó con anterioridad ningún trucaje en sus motores, como ha sido el caso del escándalo Volkswagen.
De todos modos, la ministra de Ecología Ségolène Royal explicó que los coches de Renault, así como de otras marcas extranjeras, rebasaban las normas sobre las emisiones de dióxido de carbono, para la gasolina, y de azote, para el diésel. La radio pública informó que los resultados de Renault habían sido mucho más malos que los de Peugeot-Citröen. Tampoco se han dado a conocer oficialmente los resultados de las otras seis compañías extranjeras examinadas (Volkswagen, Mercedes, BMW, Ford, Opel, Toyota). Más, adelante también se hará con Fiat, Volvo, Nissan y Suzuki.
Por otra parte, Fiat-Chrysler sufrió un correctivo del nueve por ciento en la bolsa de Milán porque ha saltado otro escándalo en Estados Unidos, según el cual el grupo italo-estadounidense habría falseado las cifras de sus ventas en Chicago.
