El gobierno de Alberto Fernández salió al rescate de la empresa de servicios petroleros San Antonio, que conduce el ex administrador del Fondo de Garantías Sustentables de la Anses de Mauricio Macri, Luis María Blaquier.
La compañía tiene una deuda de más de $2.800 millones con la Administración Federal de Ingresos Públicos.
En el nombre de una crisis, San Antonio dejó de pagar los impuestos hace tres años. Por una causa parecida otros empresarios, como Cristobal López y Fabián de Souza, fueron empujados a la cárcel por la gestión macrista en el gobierno nacional. Cuando Blaquier decidió no pagar más impuestos todavía gobernaba Macri.
No obstante, Blaquier tendrá mejor suerte que los empresarios identificados con el kirchnerismo: la AFIP, encabezada por Mercedes Marcó del Pont, habilitará un salvavidas para San Antonio. El gobierno de Fernández no llevará a la Justicia la gambeta impositiva de Blaquier.
La situación de quiebra virtual de la compañía que le alquila equipos a las operadoras de los yacimientos amparó una operación a favor de los intereses de Luis María Blaquier y sus socios en la que entró hasta el poderoso sindicato de Petroleros Privados de Neuquén, Río Negro y La Pampa.
Guillermo Pereyra, secretario general del gremio, planteó su preocupación por la situación de la empresa a Marcó del Pont en una reunión que mantuvo la funcionaria con representantes de los trabajadores de la industria del petróleo de todo el país.
El presidente Alberto Fernández promulgará la ley 27541 que instrumenta una moratoria de regularización de obligaciones tributarias, de la seguridad social y aduaneras, le dijo Pereyra al diario LM Neuquén que respondió la titular de la AFIP sobre la situación de San Antonio.
"El temor es que la AFIP pudiera embargar las cuentas de San Antonio, algo que llevaría a una catástrofe y pondría en riesgo a los 3.218 trabajadores que tiene esta empresa en todo el país", esgrimió el sindicalista petrolero.
Cuando Macri preparaba la entrega del poder, la empresa San Antonio encabezó un incendio político empresario en Vaca Muerta. Despidió a 190 trabajadores y se negó a acatar la conciliación obligatoria que decretó el Ministerio de la Producción y Trabajo.
Ex funcionario macrista lidera una de las empresas que quebraron la paz social en Vaca Muerta
Luis María Blaquier es sobrino del temible dueño del ingenio Ledesma, de Jujuy, Carlos Pedro Blaquier, investigado por colaborar en las desapariciones y asesinatos de la dictadura en el noroeste del país y protector del radical Gerardo Morales, gobernador jujeño.
Arte y parte
Macri nombró a Blaquier al frente del DGS de la Anses, donde se concentran los valores del sistema previsional. No duró ni un año. El funcionario salió eyectado del cargo en medio de un escándalo silenciado en los medios que apuntalaban la gestión macrista. Firmó un pacto secreto con Qatar que involucraba al fondo creado para sustentar las jubilaciones del futuro.
Con Blaquier desembarcó en San Antonio Enrique Bollini, ejecutivo que lo acompañó al frente del área de inversiones del FGS de la Anses macrista, que condujo Emilio Basavilbaso.
El juez federal Sebastián Casanello procesó a Blaquier en octubre de 2019 por negociaciones incompatibles con la función pública. En concreto, el juez lo acusó de ser arte y parte o estar de los dos lados del mostrador. Blaquier llegó al procesamiento tras haber sido indagado un mes antes.
Luego, la Cámara Federal porteña dictó una falta de mérito. La causa sigue abierta bajo la dirección del fiscal Franco Picardi.
Blaquier quedó en el ojo de la Justicia por haber suscripto en 2016 con los fondos de la ANSES obligaciones negociables de las empresas Arcor S.A. y Cablevisión S.A., del Grupo Clarín, para las que había trabajado.
Papelón en las elecciones
En agosto del 2019 fue el protagonista de un escándalo en las PASO. Fue fiscal del macrismo en una escuela de José C. Paz, en la que cayó la lista del ex presidente. Entonces, el empresario fiscal no tuvo mejor idea que romper el telegrama que certificaba el resultado. Terminó en una comisaría, pero sin mayores consecuencias.