
Pese al perjuicio para Mendoza, Alfredo Cornejo mandó a sus senadores a apoyar la postura de Javier Milei en el veto al reparto de los ATN. Mariana Juri y Rodolfo Suarez se abstuvieron en la votación formando un lote de 3 que eligieron no votar, junto con Alfredo De Angeli.

Solamente se opusieron los seis integrantes de La Libertad Avanza; los cordobeses del Pro Carmen Álvarez Rivero y Luis Juez; y el formoseño Francisco Paoltroni.
Cornejo jugó en contra así de una de las leyes impulsadas por los gobernadores, junto a la norma que modifica el reparto del Impuesto a los Combustibles Líquidos, que todavía no pasó el tamiz de Diputados. En este caso, al insistir en su sanción el Senado, el veto deberá ser tratado en la otra Cámara, donde sí la tiene complicada, habida cuenta de que cuando fue aprobada allí, los votos en contra sumaron 90, más del tercio necesario para blindar el veto.
En la víspera, presionado por la Casa Rosada y relegado en el reparto de fondos que ejecutó su aliado electoral, Javier Milei, el gobernador había entregado a sus dos diputados nacionales -entre ellos su candidata en segundo término a la diputación nacional- al escarnio popular en una sesión en la que no se requería de su apoyo explícito porque ya había una abrumadora mayoría en contra de los vetos a dos leyes sensibles: la del financiamiento universitario y del Garrahan.
Mendoza relegada en el reparto de ATN
Pese a su rol activo como colaboracionista del oficialismo, el gobernador Alfredo Cornejo no logró asegurar para Mendoza ni un peso extra del último reparto de Aportes del Tesoro Nacional. Quedó relegada respecto a otras tres que ocupan el podio.
Después de las reuniones de la semana pasada en Casa Rosada, Milei transfirió $12.500 millones en Aportes del Tesoro Nacional (ATN) a cuatro provincias: Misiones, Entre Ríos, Santa Fe y Chaco. Mendoza, gobernada por Alfredo Cornejo, quedó relegada en el reparto.
La decisión se concretó en medio de una creciente tensión entre las provincias y la Nación, y en paralelo al veto presidencial de una ley impulsada por el frente de gobernadores y el jefe de Gobierno porteño. Cornejo jugó en contra de esa iniciativa con un dictamen de minoría, alineándose con el Ejecutivo nacional. Su gesto político, sin embargo, no se tradujo en beneficios concretos para la provincia.

