Ángela Urondo Raboy: "Para que la policía sea democrática hay que depurarla, no sólo mudarla de edificio"

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Ángela Urondo Raboy fue una de las oradoras en el acto de entrega de llaves del D2. Foto: Coco Yáñez

Ángela Urondo Raboy hija de Francisco Urondo y Alicia Raboy -uno asesinado y su mujer desaparecida durante la última dictadura cívico militar- participó este sábado de la entrega del edificio donde funcionó el D2, y destacó que "para que la policía sea democrática hay que depurarla, no solo mudarla de edificio".

Urondo Raboy señaló al respecto que, aún con el retorno a la democracia, lugares como el D2 siguieron funcionando como "símbolo de represión de los más vulnerables". En el Palacio Policial funcionó hasta hace semanas una dependencia policial, la cual fue trasladada a la Base Cóndor.

Entrevistada por Radio Nacional, Ángela confió acerca del edificio donde funcionó el D2: "Esto es algo que soñé toda la vida, que íbamos a entrar a este lugar y no ba a ser un símbolo de la represión, algo que de algún modo se sostenía en el tiempo. En lo personal tengo la garganta apretada pero pienso en que vamos a tener la posibilidad de entrar y encontrarnos con parte de nuestra memoria. Yo soñé toda mi vida con las escaleras, las claraboyas y los pasillos de este lugar sin saber que había estado aquí".

El 17 de junio de 1976, en Guaymallén, el auto en el que viajaban Urondo, su mujer Alicia Raboy, la hija de ambos, Ángela Urondo, de ocho meses, y la compañera de ambos, René "la Turca" Ahualli, fue interceptado a balazos por fuerzas de seguridad.

El entonces responsable de la Regional Cuyo de Montoneros decidió mentirle a su mujer y decirle que había tomado una pastilla de cianuro, con la intención de que ella escapara junto a su hija, pero en verdad lo secuestraron y asesinaron a golpes.

Alicia Raboy fue secuestrada y trasladada al Departamento 2 (D2) de Inteligencia de la policía mendocina que funcionaba en el
Palacio Policial, a dos cuadras de la Casa de Gobierno -el centro clandestino más importante de esa provincia-, y nunca más se supo de ella.

A su beba Ángela, su familia materna la halló 20 días más tarde en la Casa Cuna, luego de haber pasado también por el D2. La adoptó una prima de su madre, pero recién a los 20 años conoció su verdadera historia.

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