El gobierno que entró al poder con la barredora y la auditoría para todas y todos se mancó cuando tuvo que presentar las declaraciones juradas de sus integrantes por imperio de una ley relativamente nueva en la Provincia. Laura Montero y Gianni Venier subvaluaron propiedades a montos ridículos, que llevaron la noticia a los portales nacionales de noticias.
Un Mercedes Benz del '91, para la declaración de Venier vale un peso, y una casa en la declaración de Montero cuesta 70 centavos. Ridículos los montos, como la oportunidad política de presentar una rendición de bienes, que tiene su origen en la naturaleza política de la actividad que se desarrolla, sin repasar antes la veracidad de la construcción de la ficción impositiva que hizo un contador rentado.
El gobernador Alfredo Cornejo se pasea por la provincia acusando de corruptos a los funcionarios peronistas que lo antecedieron en la conducción del Estado, pero en la primera ocasión de ir por carriles diferenciales con la más sencilla de todas las obligaciones de la transparencia, que es fijar cuánto se tiene antes de gobernar, dos de sus alfiles principales se mancaron con los escritos presentados. Montero y Venier dieron las explicaciones de los contadores, cuando debían hacer una interpretación política de la cuestión porque en ella enfocaron sus discursos proselitistas.