Se concretará a través del laboratorio Sinergium Biotech. En enero arrancará la etapa de producción.
La Argentina sustituirá importaciones por más de 40 millones de dólares y generará exportaciones por otros 50 millones en vacunas antigripales, antineumocócicas y anticuerpos monoclonales que la firma Sinergium Biotech producirá en el país a partir del próximo año.
Mediante una alianza para la transferencia tecnológica y la producción de vacunas en Argentina, el laboratorio inauguró el miércoles pasado, con la presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, su nueva planta de la localidad bonaerense de Garín, que demandó una inversión de 80 millones de dólares.
Abel Di Gilio, presidente de Sinergium Biotech, aseguró a Télam que "esta planta permitirá lograr autonomía en la producción y provisión de productos estratégicos que anteriormente debían importarse, generar un importante potencial exportador y posicionar al país como líder regional en la producción de vacunas y productos biotecnológicos".
En enero comenzará el proceso de producción, por lo que el próximo año habrá una vacuna marca argentina y su elaboración como vacuna nacional, si bien el 100% no será local porque los antígenos serán importados hasta que se logre su fabricación nacional desde 2015.
"Esta etapa de producción de los antígenos requiere la construcción de una planta adicional, separada de la inaugurada esta semana y que por ahora va a tener que importar la tecnología de producción", aclaró Di Gilio.
El proyecto tiene capacidad de producir 22 millones de dosis anuales, de las cuales la Argentina consume 8,5 millones, por lo que se contará con una producción de casi 14 millones con posibilidad de exportación.
"La producción de vacunas se podría exportar en el orden de 50 millones de dólares anuales, mientras que en el mercado de anticuerpos monoclonales, la empresa formula, llena y produce pero no comercializa el producto sino que lo hacen los laboratorios que transfieren la tecnología", explicó el directivo.
En cuanto a la sustitución de importaciones por las compras que hasta este año realizaba la argentina de dosis de vacunas antigripales, "se estima que alcancen los 42 millones de dólares, a lo que se debe sumar el ahorro por los costos de logística y demás derechos", precisó.
En el caso de las vacunas antigripales -estacionales y pandémicas-, la planta tendrá la capacidad de producir las especialidades con características diferenciales para los hemisferios sur y norte, que demandan distintas cepas.
"De esta manera -explicó Di Gilio- podríamos producir seis meses para el sur y seis meses para el norte, y duplicar nuestra producción", con lo cual el próximo objetivo de la compañía es ingresar con estas especialidades a los mercados de Venezuela, Centroamérica y Caribe.
"Este es un proyecto único. Argentina se convertirá en uno de los diez países en contar con una planta de producción nacional de vacunas con el estándar de calidad más exigente del mundo", enfatizó Di Gilio.
Hace pocos meses el proyecto de la nueva planta de producción de antígenos debió sufrir importantes modificaciones luego que la empresa Novartis ofreciera una tecnología de reciente desarrollo que en Estados Unidos demandó una inversión de 1.000 millones de dólares.
"Iniciamos el proyecto de la planta de producción de los antígenos con una tecnología que se llama de huevos embrionados, pero hace tres meses Novartis puso a disponibilidad la tecnología para producir mediante el cultivo de células, lo más moderno que existe en el mundo", afirmó Di Gilio.
La nueva tecnología llevó 4 años de perfeccionamiento para su aplicación a grandes volúmenes pero su disponibilidad en la Argentina obligó al replanteo del estudio conceptual de la planta para adaptarla, lo que extendió los compromisos al 2015.
La convergencia de empresas internacionales que son competencia en el resto del mundo permitió concretar en Argentina una experiencia inédita, con una planta multipropósito para la producción de vacunas antigripales, neumocócicas y anticuerpos monoclonales.
Este plan estratégico que vinculó al Estado y al sector privado permitió que "Novartis transfiera la tecnología, el know-how y las licencias; Elea aporte sus experiencia en la comercialización local de vacunas y Biogénesis-Bagó su experiencia en la construcción de plantas productoras".
Para el directivo, la concreción exitosa de este proyecto logró atraer la atención de "los principales laboratorios del mundo que miran este modelo como un esquema para poder transferir las tecnologías y poder producir desde Argentina y para la región", abriendo a una sinergia de innovación y desarrollo aún superior.
Di Gilio aseguró que en los próximos dos años la compañía tiene comprometidos sus esfuerzos para completar todos los procesos de equipamiento y validación de su producción, y a partir de entonces estará en condiciones de recibir nuevas transferencias de tecnologías.