Mucho antes de que la disputa judicial entre Argentina y los fondos buitre en los tribunales de Nueva York adquiriese la dimensión actual, otros gobiernos europeos pusieron el foco de atención sobre las maniobras de los fondos de inversión manejados por el multimillonario Paul Singer. Según consignó Tiempo Argentino, una de las acciones ilícitas demostrada tiene que ver con la Autorité des Marchés Financiers (AMF), organismo encargado de regular el mercado de capitales de Francia, que en abril pasado –tras tres años de investigaciones– impuso una multa de 16 millones de euros contra Elliott Advisors y Elliott Management Corporation por el uso de información privilegiada.
Si bien se trata de una cifra exigua en relación con las millonarias operaciones de los fondos ligados a Paul Singer –actualmente Elliott Management administra activos por 23 mil millones de dólares–, es la multa económica más alta impuesta por los reguladores franceses contra una firma privada. Además, el antecedente cobra relevancia ya que fue puesto en consideración en el pedido de información que la Comisión Nacional de Valores (CNV) solicitó esta semana a la Securities and Exchange Commission (SEC) de Estados Unidos, en el marco de la investigación que busca dilucidar si los fondos buitre tenían en su poder seguros contra default. En ese caso, se habrían beneficiado luego de que una comisión de la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA, por su sigla en inglés) integrada por los principales bancos de inversión y el propio Elliott definiera el 31 de julio pasado que se debía pagar los seguros, por unos U$S 1000 millones, a pesar de que días después admitieran que la Argentina no había incurrido en default.
"En Francia, los fondos vulneraron las restricciones lógicas que buscan evitar que un agente se beneficie por el acceso a información privilegiada y confidencial. Es decir, filtraron datos de un área a otra del mismo grupo. Creemos que es un antecedente que refuerza el pedido de información que hicimos a la SEC para identificar a los tenedores de Credit Default Swaps", indicó a Tiempo Alejandro Vanoli, titular de la CNV.
El hecho investigado (y penalizado) por el gobierno francés se remonta a 2010 y tiene como protagonista central a la concesionaria Autoroutes Paris Rhin Rhône (APRR), a cargo de la explotación de una red de 2234 kilómetros de autopistas en el centro y este de Francia, lo que lo convierte en la principal empresa del rubro en el país galo y una de las más importantes a nivel europeo. Unos años antes, hacia fines de 2005, el gobierno decidió privatizar la explotación de las autopistas, por lo cual vendió el 70% de las acciones de APRR a un consorcio internacional de empresas denominado Eiffarie –integrado por el grupo constructor Eiffage (Francia) y Macquarie (Australia)–. Un año después, ese consorcio ya controlaba el 81,4% de las acciones de APRR, aún insuficiente para convertirla en empresa privada, lo que requiere la propiedad del 95% en virtud de la legislación francesa. Para avanzar en el control total de la compañía, Eiffarie entró en negociaciones con los fondos especulativos de Paul Singer, que desde 2006 venían comprando acciones de APRR y que para esa fecha ya contaban con el 12% del capital.
Tras una serie de fracasos, Eiffarie y Elliott Advisors (UK) –subsidiaria británica a cargo de Gordon Singer, hijo de Paul Singer– acercaron posiciones y en mayo de 2010 acordaron llevar a cabo la operación. ¿Qué pasó en el medio? Elliott Management Corporation, la casa matriz estadounidense, fue adquiriendo en el mercado bursátil títulos de APRR, los mismos que le hacían falta a Eiffarie para tomar el control total de la empresa y retirarla del mercado bursátil. Para los reguladores franceses, nada de eso fue casual: Elliott Advisors le "filtró" anticipadamente a la norteamericana Elliott Management Corporation "información privilegiada" respecto de la futura operación. Con esa información en la mano, esta última compró masivamente títulos de APRR con el claro objetivo de proceder más tarde a su reventa a un precio muy superior. En resumen, según el regulador francés, Elliott utilizó información que no era pública para especular en torno al valor de las acciones de APRR entre el 28 de mayo y el 11 de junio de 2010, obteniendo por ello una ganancia de por lo menos 2,75 millones de euros. Así las cosas, multó a Elliott Advisors con 8 millones de euros por transmitir "información privilegiada" a la norteamericana Elliott Management Corporation, e idéntica suma a esta última por haber utilizado dicha información para operar en el mercado, si bien antes del fallo se especulaba con una sanción de 55 millones de euros. Elliott Management negó en todo momento las acusaciones bajo el argumento de que la compra de acciones de APRR obedecía a una estrategia de largo plazo, puso a un ejército de abogados para apelar la medida y defendió su posición a través de coberturas periodísticas relativamente amigables en medios como The Wall Street Journal (ver aparte).
Para la CNV, el antecedente no es un hecho aislado sino que configura un modus operandi que –aun con diferentes matices– podría estar detrás de la operatoria con los seguros contra default, en el sentido de que a partir de la tenencia de estos instrumentos financieros los propios fondos buitre pudieron haber producido las condiciones de cobro. "Ya no se trata de un reclamo judicial sino de una maniobra que implicaría delitos a escala global. El uso de información privilegiada y la manipulación de mercado son delitos en Argentina y en los Estados Unidos e implican sanciones económicas y penales", advirtió Vanoli.
WSJ: un diario al ataque
Además del ejército de abogados que promueve su defensa, Paul Singer cuenta con un aliado incondicional en algunos de los principales medios de comunicación. Y es que, a pesar de la abundante cantidad de pruebas en su contra recolectada por los reguladores franceses –principalmente comunicaciones internas entre los principales ejecutivos de los fondos de inversión– Elliott encontró uno de sus principales respaldos en el diario estadounidense The Wall Street Journal, que defendió abiertamente el accionar de los fondos de Paul Singer, al tiempo que criticó con dureza al gobierno francés.
"La esencia de los cargos de la AMF se basan en inferencias: el regulador no ha aportado ninguna prueba material directa", señala el diario en una nota de opinión del 8 de mayo, apenas días después de conocida la sanción. Luego, emite sus consejos al gobierno francés. "La AMF no está haciendo a los mercados financieros franceses ningún favor al presionar con acusaciones cuestionables, y el señor François Hollande (presidente de Francia) sería prudente en frenar el Estado regulador francés si tiene intenciones serias de atraer inversión extranjera", aconsejó el matutino. Recientemente, al referirse al caso argentino, el WSJ actuó como una de las voces más críticas, señaló que el país "se mueve hacia abajo en el mundo", y aseguró que en lugar de negociar un acuerdo con sus acreedores, el gobierno "ataca al sistema legal estadounidense". Lo que se dice, un diario con principios muy claros.
Fuente: Infonews