La ministra argentina de Industria, Débora Giorgi, acordó con directivos de la firma Toyota Tshuso en Japón la necesidad de avanzar en el proceso de industrialización del litio en la provincia de Jujuy.
El proyecto -del que también participan la australiana Orocobre y la estatal Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado (Jemse)- demandará 229 millones de dólares y producirá 17.500 toneladas por año, aproximadamente 10 por ciento del total mundial actual.
Giorgi acordó con el manager ejecutivo de Toyota Tshuso, Taxumi Shirai, avanzar en el proyecto en asociación con la compañía japonesa; y el ejecutivo se comprometió a finalizar la construcción de la planta para agosto del año próximo.
“El litio es parte fundamental de nuestra aspiración industrial”, dijo Giorgi y desestimó por “no sustentable” un esquema meramente extractivo de litio y su transformación más básica en carbonato.
“Venimos a pedir asociarnos, con vistas al mediano y largo plazo”, aseguró la funcionaria, quien estuvo acompañada por el secretario de Industria, Javier Rando; el titular del Smata, Ricardo Pignanelli; y el candidato a diputado nacional e integrante del secretariado de los mecánicos Óscar Romero.
“Vamos hacia el cloruro de litio, al litio metálico y a la fabricación de celdas, baterías y químicos, que completarán el desarrollo de esta industria”, subrayó Giorgi, en un almuerzo con la cúpula de Tsusho al que se sumó el presidente ejecutivo, Mikio Asamo.
La ministra de industria postuló la necesidad de que se constituya una red internacional de la que participen ambas partes, “con la premisa fundamental del agregado de valor”.
“Una de las principales políticas de Estado de este gobierno es aprovechar estratégicamente los recursos naturales en todo el país, para que se conviertan en elementos dinamizadores de la industrialización de la ruralidad”, sostuvo la ministra.
El litio es un elemento moderadamente abundante y está presente en la corteza terrestre en 65 partes por millón (ppm). Esto lo coloca por debajo del níquel, cobre y wolframio y por encima del cerio y estaño, en lo referente a abundancia. Se encuentra disperso en ciertas rocas, pero nunca libre, dada su gran reactividad. Se encuentra en pequeña proporción en rocas volcánicas y sales naturales, como en el Salar de Uyuni en Bolivia (que tiene el 65% de las reservas mundiales) o el Salar de Atacama en Chile (25% de las reservas). Hay otros salares de menor tamaño en la Puna Argentina, y otros yacimientos importantes localizados recientemente en Afganistán. Desde 2010 se investigan, descubiertas recientemente en Afganistán, unas reservas cuya magnitud todavía está por determinarse con precisión, pero que podrían cambiar radicalmente la evaluación de los porcentajes antes mencionados y la evolución de los acontecimientos políticos y económicos de aquel país.