En 52 países los ciudadanos le dijeron no a Monsanto. Además, exigieron a los gobiernos que no permitan a esta compañía y otras similares controlar el mercado de las semillas a través de las patentes.
Cientos de miles de personas salieron a la calle este sábado en diferentes partes del mundo para protestar contra la empresa estadounidense Monsanto y otras similares que fabrican productos genéticamente modificados. En Argentina los manifestantes se reunieron en la Plaza San Martín, en Retiro, frente a las oficinas de Monsanto, pero también hubo manifestaciones en Córdoba, en Rawson, y en Córdoba, a través de la ong Conciencia Solidaria.
Muchos estudios de reciente aparición denuncian el daño que para la salud humana conlleva el consumo de productos con GMO y sus efectos a largo plazo. El hecho de que la ley no obligue siquiera a etiquetar los productos transgénicos indigna a la sociedad. Otro factor que provoca la ira popular es el hecho de que el monopolio Monsanto asfixie la agricultura.
En los años 60 Monsanto fue uno de los principales productores del Agente Naranja utilizado como defoliante por el ejército estadounidense en la Guerra de Vietnam. Según algunas estimaciones, las víctimas de esta sustancia ascienden a casi 5 millones de personas y la población todavía sufre las consecuencias.
Gustavo Duch, editor de la revista Soberanía Alimentaria, está convencido de que Monsanto y otras empresas como ésta ya tienen sus días contados. "Hoy en día las grandes multinacionales agrícolas, como en cualquier otro sector, están controladas por muy pocas manos", denuncia el experto, que recuerda que estas empresas, "en algunos casos superempresas familiares" -aclara- son en gran medida "instrumentos al servicio de los grandes capitales financieros que hambreando el plantea ingieren grandes sumas de dinero para engordar sus cuentas.
"La crisis capitalista está colapsando el sistema y en este colapso empresas como Monsanto y otras perecerán literalmente", comentó el editor.
"Los Gobiernos actuales, títeres de estas grandes corporaciones van a hacer todos los esfuerzos y van a intentar proteger estas empresas. Hay datos objetivos de que el supuesto progreso capitalista nos lleva al colapso y, por lo tanto, es indudable que estas grandes empresas también llegarán a su fin", dijo.