Batalla continuada

Arrieta pidió que se investigue si hay empresas vinculadas a los genocidas que financian al cura que organizó la visita a Ezeiza

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Victoria Villarruel con el padre Jorge Olivera Ravassi.

Lourdes Arrieta no le aflojó al ventilador que prendió este fin de semana para denunciar a sus compañeros de bancada. En la víspera de lo que será su expulsión del bloque libertario, y tras ser echada del partido de Milei en Mendoza, la diputada ahora puso el foco en el cura Javier Olivera Ravasi, organizador de la reunión con genocidas en Ezeiza.

La mendocina, de extracción evangélica, pidió que se investigue cómo se financia el sacerdote y si empresas vinculadas a los represores están detrás. Acorralada por la pelea con sus compañeros libertarios, dijo que todo lo hace para evitar que se manche "la agenda del presidente".

En sus redes sociales publicó una serie de documentos en las que dio a conocer a un grupo de empresas que, supuestamente, financian al cura Javier Ravasi, señalado como el armador y gestor de la reunión de legisladores oficialistas con represores a la cárcel de Ezeiza.

Olivera Ravasi -cercano a Victoria Villarruel- se formó en el Verbo Encarnado, una de las facciones más rancias y ortodoxas de la iglesia en San Rafael.

Desde allí jugó un rol de apoyo activo en la cinematográfica fuga de su padre, el represor Jorge Olivera, y Gustavo De Marchi, del Hospital Militar en Buenos Aires en 2013. Ambos fueron recapturados.

A instancias de Arrieta, se conoció que fue uno de los organizadores de la reunión con los genocidas y motorizador de los proyectos que proponen liberarlos.

La Diócesis de Zárate Campana, a instancias del papa Francisco, echó de sus dominios al Presbítero días atrás. Seguirá vistiendo sotana ostentando la condición de sacerdote católico, pero tendrá que buscar nuevo lugar para vivir. Se supone que volvería a San Rafael, pero no está confirmado.

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