La actriz María Rosario Carrera ofreció su testimonio en el juicio a jueces en relación a la militancia, detenciones ilegales y desapariciones de mujeres y hombres del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y organizaciones afines, como el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), la Juventud Guevarista y el Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS).
Carrera profundizó sobre el periplo que realizaban los familiares de detenidos desaparecidos, que incluía la policía, el Comando, el Obispado y desembocaba en el Juzgado Federal. En este sentido, el fiscal Dante Vega destacó que hubo tres Hábeas Corpus presentados en favor de Rubén Bravo (militante y primer esposo de Carrera) cuatro por Marcelo Carrera (hermano de la actriz) y cuatro más por Adriana Bonoldi de Carrera. En todos los casos fueron rechazados.
Carrera afirmó que nunca fueron recibidos por miembros de la Justicia ante las denuncias de las desapariciones. “Ni un secretario, ni un fiscal, ni un juez” y agregó que en el Juzgado, “en un gancho de carnicería, estaban colgadas las respuestas” de los Habeas Corpus presentados, siempre negativas. Para peor, los HC eran rechazados con costas, es decir, los familiares tenían que pagar el trámite.
En su recorrida por la Justicia provincial y federal, recordó que en una oportunidad, en un Juzgado, la atendió Arnaldo Kletzer, quien también la recibió en el Comando, vestido de militar.
Carrera fue convocada por el Tribunal Oral Federal luego de que días atrás diera su testimonio Carlos Eduardo Cangemi. En este sentido, el tribunal puso que se escuchara ese audio antes de que se iniciara la declaración de la actriz. En ese marco, contó que conoció a Cangemi a través de una relación familiar, luego como compañeros en un elenco de teatro y, después, por la militancia. Estaban enrolados en el PRT y formaron la Asociación Argentina de Actores filial Mendoza, cuyo primer secretario general fue Rubén Bravo, hoy desaparecido.
A los efectos de reconstruir lo sucedido con el PRT/ERP en la Provincia, el Fiscal Vega mencionó a exdetenidos y personas desaparecidas pertenecientes a esa fuerza y consultó a la declarante sobre cada uno de ellos. Mariú explicó que para entonces -1976- en el PRT estaban organizados, de modo que los miembros de cada grupo o célula no se conocían entre sí, o al menos no sabían los nombres. Dijo haberse relacionado con las y los desaparecidos Blanca Santamaría y Osvaldo Zuin, éste último compañero de teatro al igual que Raquel Herrera y Juan Bernal, secuestrados y fusilados en una finca de La Puntilla.
La testigo ofreció detalles de las intimidaciones de las que fueron objeto, Rubén Bravo y el grupo de teatro La Pulga. Asimismo, rememoró el vínculo de los militantes con el padre Macuca Llorens quien los invitaba a actuar en el barrio San Martín. El religioso fue descripto como “un hombre comprometido con la Iglesia. Sabiendo la pobreza extrema con que se vivía en el barrio San Martín, dejó el convento jesuita y se fue a vivir allí. Ayudó a construir casas, trabajó a la par de la gente, hizo una gran labor en la escuela – dijo y agregó- “Allí íbamos nosotros, a hacer nuestra militancia que consistía en transmitir mensajes a través de una obra de teatro. Eran mensajes en los que hablábamos de la igualdad social y de lo inconveniente de la explotación del hombre por el hombre”; actividades que solían compartir con jóvenes con variadas creencias y compromiso.
Pistas y frustraciones
Carrera reveló varias pistas sobre Rubén Bravo que confluyen en la comisaría 7ª de Godoy Cruz. Asimismo, mencionó las expectativas falsas que lanzaban los represores generando un juego de esperanza y frustraciones. Relató que en una Navidad los llamó por teléfono el subcomisario de Relaciones Policiales, de apellido Lencinas, a quien solían consultar por los desaparecidos: “¿Están contentos, no han llegado?, nos dijo, “y no sé por qué lo hizo”, expresó. También relató una entrevista con Tamer Llapur, entonces en la jefatura del Ejército, quien comunicó a los padres de Bravo, Carrera y Bonoldi que sus hijos habían sido detenidos por “ideólogos” y que cuando fueran recuperados saldrían en libertad, motivo por el cual quedaron esperanzados en su regreso.
En la tarea de realizar averiguaciones, relató que Juan Garibotte, ya condenado en el III juicio por delitos de lesa humanidad en Mendoza, le dijo a su madre que si a él lo llamaban y le decían que en un lugar había un subversivo, iba y lo mataba.
Pedido de un defensor de los represores
En la audiencia del lunes hubo un pedido de recusación contra el fiscal Dante Vega que hizo el abogado Ariel Civit que en este juicio defiende a Oscar Bianchi, un agente penitenciario acusado de torturas en la cárcel durante los años de la última dictadura y también tiene a su cargo la asistencia del ex camarista Otilio Roque Romano. El pedido acusa a Vega de "manifiesta enemistad" con el cliente del abogado.
Los querellantes interpretaron esto como "una medida dilatoria más a la que recurren los defensores", motivo por el cual Vega solicitó que “se le apliquen costas” al defensor. El Tribunal dejó pendiente la resolución de estos planteos hasta la próxima audiencia.
Fuente: juiciosmendoza.blogspot.com.ar