Bachelet obtuvo un amplio triunfo en los comicios de Chile, pero va a segunda vuelta con la derechista Matthei

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Con cerca del 90% de las mesas escrutadas, la ex mandataria se imponía con 46,7% de los votos sobre la candidata Matthei, de la derecha que auspicia el presidente Piñera, con 25%. 

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Los datos oficiales del conteo de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Chile confirmaron el previsible triunfo de la ex mandataria Michelle Bachelet, con más el 46% de los votos. Nadie duda del triunfo de la candidata de la centroizquierda en la segunda vuelta electoral previa a la entrega de mando por parte de Sebastián Piñera.

En Chile si ningún candidato supera el 50% las presidenciales se definen en segunda vuelta entre los dos postulantes más votados, en este caso: Bachelet y la oficialista Evelyn Matthei.

Con el 87% del total de las mesas escrutadas, el triunfo de Bachelet consolidaba la victoria con el 46,7%  de los votos contra la candidata del presidente Sebastián Piñera y la unión de la derecha, con el 25,%. Ambas disputarán la segunda vuelta, salvo que la candidata que salió segunda abandone la pelea ante la segura paliza que recibirá en segunda vuelta.

En Chile la suerte está echada desde hace tiempo: Piñera le devolverá el mando a Bachelet, quien se lo había pasado en marzo de 2010, luego de la primera derrota en unas presidenciales de la coalición de centro izquierda desde que el general Augusto Pinochet entregó el poder usurpado el 11 de setiembre de 1973 con la destitución por las armas del comunista Salvador Allende.

A la crisis profunda de la centroizquieda en el poder la sucedió el primer gobierno de la derecha, integrada por Renovación Nacional, partido de origen de Piñera, y la UDI, que anida en su estructura al pinochetismo, del que proviene Matthei. Al empresario derechista se le cayó a pedazos la gestión cuando bajó la espuma de sus dos movidas de marketing más impresionantes del mandato, que se encadenaron en el inicio  del mismo.

Piñera jugó un papel demagógico frente a las consecuencias del terremoto que sacudió a Chile el 27 de febrero de 2010, cuando el derechista ya había sido electo pero seguía en la presidencia Bachelet, quien le entregó el mando el en marzo en medio de una campaña del candidato ungido para mostrarse como la solución a los problemas que representaba la Concertación en la crisis  por movimiento telúrico.

Y cuando se apagaba el efecto de la primera campaña, por la ausencia total de respuestas concretas que respaldaran las expectativas generadas por el maketing de Piñera, se presentó la segunda situación aprovechada con inmenso éxito coyuntural: 33 mineros quedaron atrapados bajo la tierra en el desierto de Atacama y el presidente se disfrazó de héroe del rescate, alcanzando índices de aprobación nacional y trascendencia mundial insólitos.

Después tuvo que afrontar el país real, con avances serios de los movimientos estudiantil y obrero, ante los cuales la primera respuesta fue la represión con tanques, gases, palos y  municiones de goma para todos. Cambió la película de Piñera que transmitía el mundo mientras en el plano interno se cayeron los índices de popularidad del mandatario y sus laderos a un ritmo endemoniado, similar al que insufló en la levantada.

Chile eligió a Piñera en la primera elección desde la muerte de Pinochet. Cuatro años  después, en una especie de enmienda del camino elegido en 2010, las elecciones devolverán el poder a la centroizquierdista moderada Michelle Bachelet, quien ha conformado alianzas previamente a las elecciones que indicarían un futuro con mayor incidencia del ala izquierda de su armado político.

 

Datos oficiales escrutado el 87% de las mesas

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