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Las consecuencias del 'diésel-gate' siguen creciendo hasta provocar consecuencias gubernamentales. Bélgica y Suiza frenaron la venta de motores TDI Euro 5 del Grupo Volkswagen. Medidas que pueden marcar el camino ya que se trata de los dos primeros países que intervienen directamente desde que se descubriera que la compañía alemana contaminaba con sus diésel, pero a través de una trampa informática evitaba que se detectara esa anomalía.
La paralización de las transacciones podría afectar a unos 5.000 vehículos. No se tratan de vehículos de nueva producción, sino de ejemplares de segunda mano, vehículos de ocasión, de subasta y de kilómetro cero. Tanto en Suiza como en Bélgica han tomado la decisión de no hacer excepciones y todos los vehículos que montan un motor Euro 5 TDI del Grupo Volkswagen están paralizados, incluidos los que montan el pequeño motor 1.2 TDI, que de momento no está confirmado que monte el conocido software 'Devide Defeat'.
Como sucede a escala global, las marca afectadas por esta prohibición en Suiza y Bélgica son Audi, Seat, Skoda y Audi. En el caso de la marca española, el volumen de vehículos no es especialmente notable en Bélgica, pero en cualquier caso esta paralización en la venta de los vehículos supone un duro contratiempo para todas las marcas filiales del Grupo Volkswagen. No ya por el volumen comercial que representa la venta de vehículos de la anterior generación, sino porque como decimos esta medida puede crear precedentes.
La falsedad en los datos de emisiones de partículas de nitrógeno con el software 'Devide Defeat' reparte responsabilidades en todo el mundo. Estados Unidos, Alemania y Corea del Sur encabezan sendas investigaciones para aclarar el 'diésel-gate', mientras que Bélgica y Suiza ya han jugado 'sus cartas'. En los próximos días habrá más movimientos gubernamentales, mientras que en España el Ministerio de Industria ha pedido un informe detallado a Volkswagen España, que ha pedido disculpas y prometido asumir todos los gastos derivados.