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El papa Francisco se anota en la historia como el primer jefe de la Iglesia de Roma en dar un discurso en el Congreso de los Estados Unidos. Enfatizó contra la carrera armamentística, la pena de muerte y la explotación del capital sobre los trabajadores.
"No les tememos a los extranjeros porque la mayoría fuimos extranjeros", dedicó Francisco a uno de los problemas de la tapa de los diarios del mundo desde que mostraron una foto con uno de los miles de muertos en la travesía por llegar a Europa dejando atrás la guerra en sus países de origen.
Los legisladores de un Congreso dividido indicaron que harían una pausa en las disputas y la disfunción para escuchar al primer papa americano a partir de las 9.20 hora local (10.20 en la Argentina). Decenas de miles de espectadores seguirán su discurso desde el jardín oeste del Capitolio -donde el Papa saldrá a saludar después de su discurso- y muchos más por televisión en todo el mundo, mientras el papa se dirige a una cámara llena de jueces del Tribunal Supremo, miembros del gabinete, diplomáticos, legisladores y sus invitados.
El papa Francisco volvió a darse un baño de masas el miércoles cuando salió de la Nunciatura en Washington, antes de dirigirse al Congreso. Bajo una fuerte vigilancia de la seguridad, Francisco estrechó manos, compartió abrazos y hasta se sacó "selfies" con la gente que lo esperaba detrás de las vallas fuera de la sede diplomática. Luego se subió al ya famoso Fiat 500 rumbo a Capitol Hill.
