
La justicia brasileña condenó este jueves al expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro a 27 años de cárcel por liderar una conspiración golpista tras su derrota electoral en 2022, con el fin de impedir la asunción del actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Bolsonaro fue condenado por cinco delitos: intento de golpe de Estado, intento de abolición del Estado Democrático de Derecho, pertenencia a organización criminal, daño al patrimonio público y daño a bienes protegidos.
El fallo profundiza la división política en Brasil y probablemente provocará una reacción del gobierno de Estados Unidos. El juicio a Bolsonaro cobró nueva relevancia después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, vinculara un arancel del 50% sobre productos brasileños a la situación legal de su aliado, calificándolo de "caza de brujas".
El veredicto y las posibles consecuencias
El juez Alexandre de Moraes, quien supervisa el caso, declaró que Bolsonaro era el líder de un complot golpista y de una organización criminal, y votó a favor de condenarlo. La jueza Cármen Lúcia se sumó a esta decisión, consolidando la mayoría en el panel.
Bolsonaro, de 70 años, se encuentra actualmente bajo arresto domiciliario y no asistió al tribunal. Sus abogados han anunciado que apelarán el veredicto ante el pleno del Tribunal Supremo, compuesto por 11 jueces.
A pesar de sus problemas legales y de haber sido inhabilitado para postularse a cargos públicos hasta 2030, Bolsonaro sigue siendo una figura política poderosa en Brasil. Se espera que, tras este fallo, elija a un heredero político para competir en las próximas elecciones presidenciales contra el actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.
Además, la condena podría motivar a los legisladores aliados de Bolsonaro a buscar una amnistía a través del Congreso. El debate sobre la sentencia se espera para el viernes, y podría intensificar la presión sobre el expresidente para definir su futuro político.

