El Salmón retoma el rock, blues, folk y el country en su última placa, que llega con setiembre. Según el crítico Adrián Mouján, en las letras de esta obra se traslucen, además, los vaivenes amorosos con la conejita de Playboy Micaela Breque.
Por Adrián Mouján
Para Télam
Andrés Calamaro lanza en los primeros días de septiembre su nuevo disco "Bohemio", que contienen 10 canciones nuevas en un formato emparentado con el rock americano, y cuyas composiciones reflejan que se trata de un álbum "de divorcio y reconciliación" en el que se mezclan los estados de ánimo.
El disco llega luego de un verano con un tórrido perfil alto de Calamaro, de un declaracionismo compulsivo a través de twitter, en el que además atravesó su separación y posterior reconciliación con la modelo y conejita de Playboy Micaela Breque.
Calamaro pasó parte del inicio del 2013 en la localidad de Carlos Paz acompañando a su novia, con más tiempo saliendo en programas y revistas de la farándula, que sobre un escenario interpretando canciones.
Casi como un hobbie pero también como parte de un vicio compositivo que arrastra de toda su carrera, Calamaro pasó esos meses subiendo mash-up, covers y algunos esqueletos de canciones a la red social soundcloud.
También polemizó con la crítica especializada, se peleó con los faranduleros mientras su pareja con Breque eclosionaba, hasta que decidió volcar todo en un estudio y en los escenarios, escuchando a sus amigos y allegados.
Para ese fin armó una banda integrada por por Julian Kanevsky y Baltasar Comotto en guitarras, Mariano Domínguez en bajo, Sergio Verdinelli en batería y German Wiedemer en teclados.
Luego se reunió con Cachorro López y con su colaborador Sebastián Schon y se fijaron entrar a estudios y grabar un disco nuevo, por lo que Calamaro probó a la banda en varios shows por diversas ciudades del interior de la Argentina.
Cachorro López es uno de los productores más prestigiosos de América Latina y de los más solicitados junto a Gustavo Santaolalla y Rafa Arcaute, y en este disco puso todos sus pergaminos sobre la consola.
El trabajo de López y Schon es estupendo, consiguen el primer disco rockero y pop de Calamaro en años, sin rumbas ni flamencos, ni otros ritmos, dejando de lado cierta vocalización al estilo Polaco Goyeneche o Bob Dylan y recuperando su voz más clara.
En las 10 canciones que componen "Bohemio", Calamaro afianza su romance con la americana, ese estilo que mezcla el rock, el country, el folk y el blues, que tan bien cultivan artistas como Dylan, Bruce Springsteen, Tom Petty, Ryan Adams, los Jayhawks, Cowboy Junkies y Wilco, entre otros.
Y por ese motivo, pero además por las 10 poderosas razones que constituyen las canciones incluidas en el CD en el que se mezclan los estados de ánimo, de corazón roto por la ruptura con Breque y de alegría por la reconciliación, que se concretó antes de finalizar todo el proceso del CD.
El disco no tiene un clima opresivo, ni letras tremendamente sufridas o al borde del desgarro o el suicidio, sino más bien un sabor agridulce, ya que Calamaro pasa del dolor al optimismo al haber recuperado a su chica.
El disco abre con una hermosa balada bien western, "Belgrano" en la que destacan el trabajo de las guitarras acústicas, una slide, una armónica, y la voz de Calamaro bien al frente.
Lo sigue una balada más rockera y menos acústica, "Cuando no estás" en donde apoyado por unos buenos arreglos del Hammond, Calamaro habla sobre sus momentos post separación y se refiere a "que la casa vacía pregunta cuándo volveras" y a que "a veces escribo versos un poco crueles conmigo".
Esta postura de hacerse responsable de su parte de la separación se pone de manifiesto en "Tantas veces", otra medio tempo, en la que destacan los arreglos de piano y acústica para acompañar frases como "perdón vida de mi vida".
En este tema, Calamaro reconoce que "dicen que para escribir es indispensable sufrir y no puedo quitarle la razón a tantos poetas... te pedí perdon tantas veces", mientras las guitarras rememoran a Tom Petty y a su guitarrista Mike Campbell.
Otra pieza destacada del disco es "Nacimos para correr", donde Calamaro hace un panegírico de la vida del rocker, de alguien que elogia la vida vertigininosa del roncarol: hoteles, aviones, groupies, corazones destrozados, alcohol y drogas.
Con un hermoso arreglo de acústica, órgano y cuerdas, Calamaro va recitando frases como "muchos amigos que ya no están, me recuerdan la fortuna de existir..." y "porque para correr, primero hay que caminar y algún lugar a donde ir".
Inclusive Calamaro parece referise al final de la vida de un artista en un párrafo logrado en el que afirma que "no quiero saber cómo voy a terminar, prefiero que ocurra y nada más/ y cada vez que suene mi canción voy a nacer otra vez".
La canción que le da nombre al disco es un rock stoniano a medio tempo, en el que Calamaro elige cantarlo y decirlo con cierta tonada tanguera, pero evitando los clichés.
"Plastico fino", tiene un comienzo bien americano con el rasgueo de una acústica, los punteos de una eléctrica y el deslizamiento de una slide, para darle una enorme riqueza sonora a la canción.
Otra referencia a su situación con Breque está de cuerpo presente en el funky sucio "Inexplicable", donde Calamaro cuenta que "cuando yo la necesitaba, ella estuvo más cerca de mí... ella es esa muchacha que se queda junto a mí" y cierra esta canción de amor con una frase contundente:"mi corazón no tiene lugar para nadie más".
"Dentro de una canción" es un western a full que abre con una pequeña escaramuza entre la slide y la acústica, y en la que Calamaro retoma aquel tratado cancionero escrito en "Mi Rock Perdido" en tiempos de Los Rodríguez.
En este tema, el músico escribe sobre su relación con la canción, su amor a lo que dice en ella, a lo que expresa en esos 3 minutos, y lo cierra con la frase "en la canción está la vida, esta es mi vida".
El CD incluye dos roncaroles de buena factura como "Rehenes" y "Doce pasos" que tranquilamente podría haber estado incluidos en un disco solista de Keith Richards o en un viejo álbum de los Ratones Paranoicos.
Un adelanto del nuevo disco: Bohemio, el tema que da nombre a la placa