Cannes rendido a los pies de Dolores Fonzi por su interpretación en La Patota, una remake de la película de Daniel Tinayre

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Por Pedro Fernández Mouján
Para Télam

Una de las imágenes más vistas en Cannes es una publicidad de la actriz sudafricana Charlize Theron -que pasó unos días por acá para la premiere mundial del filme “Mad Max: furia en el camino” que se vio en la Selección Oficial-, promocionando el perfume j'adore de Christian Dior, pero casi ningún trabajo actoral despertó tantos elogios y una corriente tan positiva entre el público y la crítica como la actuación de la argentina Dolores Fonzi interpretando el personaje de Paulina en “La Patota”, de Santiago Mitre, que se está viendo en la sección La Semana de la Crítica.

A la buena recepción que tuvo esta versión de la cinta de 1960 de Daniel Tinayre a cargo del realizador de El estudiante, se agrega el modo como la crítica resaltó el trabajo de Fonzi, protagonista excluyente del filme que en la versión original interpretó Mirtha Legrand.

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El diario francés Liberatiòn habló por ejemplo de Paulina como “un personaje de una terquedad maravillosamente encarnada por la excelente Dolores Fonzi a través de su mirada tensa”.

Mientras que Le Monde remarcó: “Hacía falta una actriz extraordinaria para hacer de esta película algo que no fuera simplemente un alegato político en favor de los marginados. Con infinita generosidad, Dolores Fonzi, nos permite comprender el progreso de un pensamiento con el cual la película se materializa”.

Sumándose a este coro unánime, la revista especializada Hollywood Report -que durante el festival realiza una edición diaria exclusivamente dedicada a Cannes- dice: “Conducida por una poderosa performance de Dolores Fonzi, Paulina (que es el nombre del personaje pero también el título que el filme adoptó para su distribución internacional) evita las respuestas directas y prefiere una observación que interroga”.

El mismo artículo agrega: “Fonzi cautiva en un papel exigente en el que el personaje restringe sus emociones, incluso en circunstancias dramáticas, manteniendo sus sentimientos inescrutables”.

Sentada en un bar en la playa que mira al Mediterráneo, donde realiza las notas el día posterior a la exhibición del filme, Fonzi dice que está contenta con la manera como fue recibida la película y también su interpretación y especialmente con haber logrado materializar lo que el personaje demandaba.

“Estar en Cannes representa muchas cosas, es uno de los eventos cinematográficos más importantes del mundo y claramente me da alegría que la película se haya estrenado acá, guste y también se elogie mi trabajo, pero la mayor satisfacción que tengo con 'La patota' tiene que ver con la sensación de la labor cumplida”, cuenta Fonzi en charla con Télam.

“Por muchas causas: el tipo de escenas, la intensidad dramática del relato, aquello por lo que pasa y el modo como lo atraviesa, Paulina era un personaje muy complejo, por eso ver la película por primera vez con el público y sentir que todas las piezas encajaron a la perfección y que eso generó una reacción positiva fue lo más fuerte”, agrega.

En La patota Fonzi encarna a una joven abogada que decide abandonar su trabajo en Tribunales y un doctorado en curso para integrarse a un proyecto de educación popular en un barrio marginal de la ciudad de Posadas, donde es víctima de una violación y donde decide transitar, casi en la más absoluta soledad, este acontecimiento desde la convicción de hacer lo que cree correcto.

“El padre de Paulina (un juez de Posadas con pasado militante en los 70 interpretado por Oscar Martínez) es una persona que tiene un discurso muy progresista en una parte de su vida y que después con la edad se pone más conservador, es la generación a la que el eje le tambalea cuando se siente tocada, mientras que Paulina es la generación nueva que cree hoy en el cambio y a la que el eje no le tambalea cuando tiene que sustraerse de la violencia del sistema, para decir: violencia nunca más hacia nadie, aun cuando ella es la que sufre la agresión. La posición de Paulina es obstinada porque está cimentada en una idea fuerte que es salir del sistema de violencia”, remarca Fonzi.

Hablando sobre la construcción del personaje, la actriz cuenta que tuvo cerca de una año de preparación entre lectura del guión, comentarios y ensayos y resalta películas como White Material de Claire Dennis y Europa 51 de Roberto Rossellini que influyeron como referencias en la construcción del personaje.

“Igual, la que más me marcó fue 'El hijo' de los hermanos Dardenne. En esa película hay una escena que me solucionó la vida. Se viene dando la situación de que el padre del hijo asesinado conoce y comienza a tener una relación fuerte con el asesino, lo lleva a su casa, le da trabajo, en un momento se encuentra con su ex mujer y esta le recrimina lo que está haciendo, le grita: '¿Te volviste loco? ¿Qué hacés? ¿Qué te pasa?' Y él contesta: 'No se'”.

Cuando él dice “no se” -continúa Fonzi- a mi me dio una clave única para mi personaje, porque Paulina no sabe por qué atraviesa todo como lo atraviesa, solo sabe que tiene que ir hacia adelante en su sentir imponiéndose la necesidad de atravesar el trauma de la manera en que ella cree que lo tiene que hacer, a pesar de todo, a pesar del padre, del novio, de la sociedad. En el momento en que vi esa escena encontré una posición, porque como actriz entendí que no podía juzgar el accionar de Paulina ni opinar sobre lo que hacía sino solamente acompañarla en ese devenir de cosas que le permiten sobrevivir a lo que le sucedió”.

Despidiéndose dentro de unos días de la Costa Azul, Fonzi dice que uno de los planes que tiene apenas llegue a Buenos Aires es ver la versión original de La patota y el trabajo de Mirtha Legrand en la película.

“No la vi, Santiago me prohibió que la viera, no quería que tuviera esa influencia, pero me muero de ganas por ver la película y el trabajo de Mirtha”.

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