Una mirada atenta a la trayectoria de los gigantes tecnológicos argentinos —Globant, Mercado Libre y Despegar— deja en claro que para convertirse en multinacionales listadas en Wall Street se aprovecharon del ecosistema de promoción estatal. Captaron millanadas de pesos del Estado, al que ahora militan deshuasar.
El ecosistema público les proveyó a los dueños de las tecnológicas globalizadas el oxígeno fiscal y financiero necesario para complementar su capacidad de competir a escala internacional. Mientras tanto, no se quejaron del Estado, como lo empezaron a hacer desde que mutaron a multinacionales.
Los empresarios que se alimentaron de la teta del Estado para crecer hasta expandirse fuera del país y, entonces, ir a una guerra contra el Estado celebraron el resultado de las elecciones legislativas favorable al gobierno. Con la llegada de Javier Milei a la Presidencia, los dueños de las gigantes encontraron un canal para la institucionalización de sus concepciones extremistas.
Galperín y Migoya, CEOs de Milei
Marcos Galperín, fundador y CEO de Mercado Libre, es el principal exponente del empresariado entusiasmado con la destrucción del Estado que prometió Milei en la carrera a la Casa Rosada. Ha expresado un fuerte y consistente apoyo a las políticas de Javier Milei, especialmente en lo que respecta a la desregulación económica y la reducción del rol del Estado.
Galperín ha respaldado públicamente el "afán de [Milei] de convertir a Argentina en el país más libre del mundo". Su visión se alinea con la ideología liberal que busca minimizar la intervención estatal en la economía.
Siendo un crítico habitual de las condiciones jurídicas y la inestabilidad política en Argentina, Galperín ve con buenos ojos las medidas que buscan reducir la burocracia y simplificar las reglas del mercado.
Respaldó contundentemente el DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) de Milei en diciembre de 2023, tuiteando que a los argentinos "les mintieron durante 80 años, ayer les dijeron la verdad en 10 minutos", en referencia a los anuncios de desregulación. Milei visitó las oficinas de Mercado Libre en septiembre de 2024, un evento que sirvió de plataforma para que Galperín reiterara su apoyo y anunciara una inversión millonaria, simbolizando la buena sintonía entre el sector empresarial y el gobierno.
El dueño de Mercado Libre ha salido en defensa del gobierno en momentos de controversia, como durante el escándalo de los audios de coimas o las protestas por las medidas económicas, demostrando un alineamiento político claro.
Frente al discurso anti-Estado de Galperín, ha habido señalamientos desde sectores críticos porque Mercado Libre se ha beneficiado históricamente de políticas estatales, como subsidios o regímenes de promoción industrial, lo que algunos ven como una contradicción entre su retórica y la realidad empresarial.
Martín Migoya es el fundador de Globant. Se ha mostrado optimista con Milei y el futuro del país, refiriendo que Argentina está "matando la inflación". Cree que las acciones del gobierno pueden generar un entorno favorable a largo plazo. Globant, junto con otras grandes empresas tecnológicas argentinas, generalmente apoya la ideología de libre mercado promovida por el presidente.
Migoya se ha reunido con Milei en varias ocasiones, incluso en abril de 2024, para discutir temas como el emprendimiento, la creación de empleo y la reducción de la burocracia, lo que indica una relación de diálogo y apoyo mutuo.
A diferencia de Galperín y Migoya, Roberto Souviron, líder de Despegar, ha mantenido un perfil bajo y sin emitir declaraciones públicas directas sobre el presidente Javier Milei o su gestión. Souviron hace política en el sector de las ONG, integra el Observatorio Argentinos por la Educación y la red de escuelas Active Learning.
Mendoza benefició a las tecnológicas
El apoyo estatal no se limitó al ámbito federal. Las provincias jugaron un rol clave en la descentralización de los polos tecnológicos.
Córdoba y Mendoza ofrecieron exención de Ingresos Brutos y subsidios directos a la capacitación tecnológica, incentivando a Globant y Despegar a establecer centros de I+D y atención al cliente fuera de la capital.
Despegar recibió fondos no reembolsables del Ministerio de Turismo para implementar sistemas de inteligencia de datos, un subsidio a la digitalización que mejoró la eficiencia de la plataforma. Además, la exención de IVA para la venta de paquetes turísticos a residentes fuera del país (promoción de exportación de servicios) constituyó un pilar de su facturación internacional (75% del total).
Globant en la provincia
Globant tiene una presencia consolidada e importante en Mendoza, que se estableció principalmente a través de la adquisición de una empresa local.
En agosto de 2019, Globant adquirió Belatrix Software, una reconocida empresa tecnológica mendocina con casi 20 años de experiencia y operaciones en varios países. Esta compra marcó la entrada formal y la expansión de Globant en el ecosistema tecnológico de Mendoza.
Globant opera desde las oficinas de calle Montevideo en el centro de la capital mendocina.
Mendoza es un centro importante de talento para la empresa. En febrero de 2022, Globant anunció un plan para cubrir 500 empleos en la provincia en cinco años, Desde Mendoza, el equipo trabaja en proyectos de desarrollo de software y servicios tecnológicos para clientes globales, integrando la operación local en la red mundial de Globant.
El gobierno de Mendoza emitió alertas por estafas virtuales que utilizan el nombre de Globant de forma fraudulenta, prometiendo inversiones falsas.
Aportes estatales
Las tecnológicas multinacionales fundadas en Argentina, que hoy generan la mayor parte de sus ingresos fuera de las fronteras, fueron impulsadas por políticas de fomento que, lejos de ser secundarias, actuaron como un catalizador esencial de su capacidad exportadora y de su estructura de costos. El Estado, en este contexto, funcionó como un facilitador clave en la fase de incubación y consolidación de estas compañías.
El incentivo más significativo y transversal para el sector fue la Ley 25.922, el Régimen de Promoción de la Industria del Software.
Promulgada en la década de 2000, esta normativa se convirtió en un instrumento esencial que permitió a estas empresas optimizar sus márgenes y reinvertir capital en I+D.
Para Globant, por ejemplo, la ley significó la exención de IVA y de impuestos internos sobre la exportación de servicios de software, un beneficio crucial dado que el 80% de su facturación proviene de clientes internacionales como Google y Disney. La deducción acelerada de amortización de bienes de capital, otro beneficio del régimen, permitió a la compañía modernizar su infraestructura tecnológica a un ritmo que el mercado local difícilmente podría haber sostenido.
En el caso de Mercado Libre, aunque su negocio es más amplio, la ley amparó el desarrollo de software interno, permitiendo que sus equipos de ingeniería (más de 5.000 profesionales en Argentina) operaran con costos fiscales reducidos, manteniendo la base de innovación en el país mientras se expandían a 18 mercados de América Latina.
Financiamiento estratégico
Más allá de las exenciones fiscales, el acceso a capital en condiciones preferenciales fue vital para sostener el crecimiento y la expansión de infraestructura.
Globant accedió a líneas de crédito preferenciales a través del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) y el Banco Nación. Estos financiamientos, otorgados con tasas por debajo de la inflación, permitieron la adquisición de capital de trabajo y el financiamiento de exportaciones. Además, los avales del Fondo de Garantías Argentino (FOGAR) redujeron el riesgo crediticio, facilitando préstamos de mayor envergadura.
Mercado Libre utilizó el brazo financiero estatal para impulsar su ecosistema. Los subsidios a la logística y los convenios con la Agencia de Inversiones y Desarrollo permitieron la rápida ampliación de sus cinco centros de distribución en Buenos Aires. Asimismo, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) impulsó líneas de préstamos para proyectos de inclusión financiera manejados por Mercado Pago, apoyando el rol de la fintech como herramienta de política pública.
Despegar, en el sector turístico, dependió de líneas de crédito de la ANSES y el Banco Nación para sostener sus operaciones durante la marcada estacionalidad, garantizando la liquidez necesaria para el capital de trabajo.
