César Rodríguez, inmigrante argentino converso yihadista en España: "Dudo que lo de Charlie Hebdo lo hicieran los islamitas"

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Por Ferrán Barber
Para Diáspora.es

Es el primer ciudadano de origen argentino de la historia imputado en España por integración en una organización terrorista islámica. Según la policía y el juez Ruz, César Rodríguez había sido adoctrinado y estaba perfectamente listo para viajar a Oriente Medio y unirse a ISIS. En junio de 2014, fue puesto en libertad sin fianza tras su detención junto a otros ocho miembros más de la llamada “Brigada Al Andalus”.

En la actualidad aguarda juicio mientras defiende su inocencia y acusa al Gobierno español y a las fuerzas de seguridad de levantar castillos en el aire a partir de un puñado de indicios inconsistentes. ¿Qué camino ha recorrido este hijo de albañiles argentinos desde su llegada a nuestro país como inmigrante hasta su detención por su supuesta integración en una cédula de captación y entrenamiento de yihadistas?

César Rodríguez nació en 1989 en Santiago del Estero, una población del norte de Argentina de algo más de 250.000 habitantes que tiene a gala ser la ciudad más antigua del país que todavía se halla en pie. El día en que la Prensa española se hacía eco de su detención, varios diarios de su departamento natal se preguntaban sorprendidos qué hacía este inmigrante en compañía del ex recluso de Guantánamo Lahcen Ikassrien y entre la lista de barbudos proporcionada por la policía española. No era la primera vez que se hablaba de la presencia de argentinos en las filas de ISIS. De hecho, el Instituto de Defensa Británico asegura en un informe que al menos veintidós han muerto luchando con los islamistas.

Pero el caso de Rodríguez era en cierto modo singular. Ni su familia ni él tenían vinculación alguna con el Islam. Menos todavía, raíces musulmanas. Su acercamiento y conversión a la religión de Mahoma se produjo de una forma circunstancial. De ser finalmente condenado, podría hacer frente a una condena de entre seis y doce años de prisión. De momento, sigue trabajando como comercial en Madrid, mientras insiste en que no hay nada que la sociedad española deba temer de él porque desaprueba la violencia. Hace cuatro meses, se hizo donante de médula, para ayudar a una amiga enferma de leucemia.

La entrevista que sigue es la transcripción textual de parte de una conversación de más de dos horas y media con el acusado. A petición propia, muy nervioso, el argentino remijtió después un cuestionario para enmendar o completar las afirmaciones que había realizado y que, a su juicio, podían comprometer su proceso judicial. Según dice, "teme que alguien organice algo y le culpen a él o a cualquiera de los chicos que están libres". Si algo tiene claro Rodríguez es que Al Qaeda podría ser lo que él denomina "un movimiento de disidencia controlada". O lo que es lo mismo, una creación ajena a los musulmanes, concebida para demonizarles y justificar su ulterior represión.

Pregunta.- Usted llegó hasta España con sus padres…
Respuesta.- Sí, así es. Tengo ahora 25 años y vine a España cuando tenía 13. Ellos regresaron a Argentina hace seis años a causa de la crisis y yo me quedé aquí.

P.- ¿Vivió siempre en la capital española?
R.- No, no… Con mis padres fuimos a Málaga, pero cuando cumplí los 18, me independicé y me fui a Madrid, donde he vivido hasta ahora…

P.- Y allí tuvo usted su primer contacto con el Islam. Porque sus padres de musulmanes tenían muy poquito…
R.- Sí, es cierto. Ellos no tenían nada que ver con el Islam.

P.- Da la sensación de que su conversión tuvo algo que ver con la que ahora es su mujer, una española musulmana de origen marroquí.
R.- No, en absoluto. El proceso que me condujo hasta el Islam no tiene nada que ver con eso. Me había comenzado a interesar en 2006, un año antes de conocerla a ella. Yo tenía una visión de lo que es el mundo musulmán muy contaminada. Ya sabe. Pensaba que es una religión que consiste en maltratar a las mujeres y en convertirte en terrorista y matar a gente. Así que empecé a frecuentar iglesias y mezquitas y a buscar respuestas aquí y allá, por mi cuenta. Me iba a la mezquita de la M30 y machacaba a preguntas a la gente con la que me encontraba… Después, comencé a ver vídeos de El Arribado y terminé de convencerme.

P.- Vídeos sobre iluminatis… y conspiraciones.
R.- Vídeos sobre el nuevo orden mundial y el funcionamiento del sistema.

P.- Así que da usted el paso y se convierte… persuadido de que era la religión que más respondía a sus necesidades espirituales.
R.- Si quiere expresarlo usted así... La cuestión es que yo vivo en Quintana, cerca de la mezquita de la M30, a diez minutos… y comencé a frecuentarla… iba los sábados porque daban una charla. Y bueno, de ese modo, hasta que me convertí, en 2009. No fue un ritual especial ni nada por el estilo. Ser musulmán consiste solamente en aceptar que hay un solo dios, Alá, y que Mahoma es su profeta. Estudié el Corán en castellano porque no sé árabe… Aprendí a rezar… Rezaba en casa y en la mezquita.

P.- ¿Y entró usted con convicción?
R.- Oiga, en el Islam sólo se entra por convicción. Siempre se tiene miedo, así que es preciso estar seguro.

P.- ¿Y quién le guió a usted en todo ese proceso?
R.- Mi maestro vivía en la calle; era uno de esos gorillas que aparcan coches. Y por si quiere saberlo, no está entre los imputados por el juez Ruz.

P.- ¿Es en esa fecha cuando conoce usted al resto de acusados?
R.- ¿Conocer? No sé qué entiende usted por conocer. Si se refiere a haber coincidido con ellos en alguna ocasión y haber cruzado unas palabras, entonces sí que los conocía. Estaban siempre en la cafetería de la mezquita de la M30 y a veces, conversábamos. Eso es todo. Pero la verdad es que con el único con el que de verdad tenía amistad era con uno de los acusados, con Mohamed Bouyajlef.

P.- ¿Y desde cuándo intima usted con Bouyajlef?
R.- Lo que se dice ser amigos de veras, desde 2012. Venía mucho a mi casa y yo iba a la suya.

P.- De hecho, su detención tuvo que ver con su amistad con Bouyajlet y con el viaje que hizo usted a Marruecos, supuestamente para recibir instrucciones del primer lugarteniente de la cédula, Omar el Harchi, quien cambió de nombre y se mudó a Tetuán cuando se apercibió de que estaba siendo vigilado por las fuerzas españolas de seguridad.
R.- Sí, la policía cree que éramos un grupo hermético… y que planeábamos qué sé yo. Tal y como he acreditado ante el juez, yo viajé a Melilla porque la familia de mi mujer es de Nador. Eso fue en agosto de 2013, acababa de nacer mi segunda hija… No había nada de extraño en ese viaje. Después, regresé a España por Tetuán porque mi amigo Mohamed vivía allí y decidí pasar a hacerle una visita. No tengo ni la menor idea de lo que dice la policía sobre secretas reuniones e instrucciones.

P.- ¿Y Mohamed y usted jamás hablaron de enrolarse en ISIS?
R.- No. Teníamos planes en común para crear un negocio de comida rápida. No conozco otro plan suyo.

P.- De modo que no cree que él esté implicado en esto.
R. Supongo que no. No lo sé.

P.- Y usted tampoco.
R. Bueno, me imputan pertenecer a ese grupo… lo llaman Al Andalus. Y me pregunto de dónde se han sacado semejante nombre. Me parece muy fuerte. Al principio, hablaban también de financiación, pero después retiraron esa acusación. Cuando me detuvieron, estaba en casa con mi mujer. Eran las cinco de la mañana. Echaron la puerta abajo tras aporrearla durante cinco minutos y entraron. Yo no tenía ni idea de qué iba aquello. Se metieron, me redujeron… No me resistí. Y he de admitir que no me trataron mal. No puedo decir lo mismo del resto, a quienes les patearon la cabeza.

P.- La policía también cree que usted frecuentaba la finca de Ávila donde se adiestraba a los yihadistas.
R.- Mire, yo estuve en esa finca con mi mujer porque era de los padres de Nabil, otro de los imputados, y nos invitó un hermano. Si por adiestramiento se refiere a organizar una barbacoa y tomar un té, entonces, sí que fui testigo de ello. En fin, estoy agradecido por su hospitalidad y por supuesto, es falso que allí nos entrenáramos.

P.- Pero me acaba usted de decir que apenas tenía relación con el resto de los imputados y ahora resulta que visitó la finca de uno de ellos.
R.- Lo que le he dicho es que no tenía una gran amistad con el resto. Yo fui a esa finca porque me invitó Mohamed. Por otra parte, ¿es que el hecho de que hubiera hablado con ellos me convierte en un terrorista? ¿Significa eso acaso que estuviera planeando algo? Yo condeno totalmente la violencia. Y mucho más si van con el Corán por delante porque, de alguna manera, le están transmitiendo al a gente la idea de que el Islam alienta la violencia.

P.- ¿Y de qué hablaban con Mohamed? A juzgar por lo que dice, usted estaba verdaderamente entusiasmado con su conversión al Islam, así que es de suponer que la religión y la suerte del mundo musulmán llenaba muchas de sus conversaciones…
R. Nos manteníamos al tanto de lo que pasa en Siria y poco más. Llegué incluso a llorar viendo los vídeos de las crueldades cometidas por el régimen de Bacher… Jamás había visto algo tan perverso... Incluso degollaban niños.

P.- ¿Y qué es lo que sentía usted al contemplar esas imágenes?
R.- Me conmovía aquello mucho y sentía angustia. Nos sentíamos como corderos.

P.- Bien es verdad que ciertos grupos islámistas no han sido menos crueles. ¿Hablaban ustedes de ello? ¿Hablaban de la crueldades cometidas por algunos islamistas?
R.- Bueno, si tiras una pelota, es normal que te la devuelvan. Por otro lado… lo de la violencia islamista… ¿cuándo empezó a suceder? Yo creo que fue después de la detención. Lo de cortar cabezas fue posterior a mi detención. Además, no me fio de los medios de comunicación porque yo mismo he vivido la difamación y las mentiras en mis propias carnes. Del Estado Islámico se dijeron muchas cosas que luego resultaron ser falsas. Me cuesta distinguir cuál es la verdad porque los medios responden a los intereses de sus gobiernos. De todos modos, si es cierto que persiguen a otras religiones o minorías étnicas, lo único que puedo decir es que está prohibido por el Islam y nunca tendrá cabida.

P.- De manera que sólo ponían en tela de juicio la violencia ejercida por una de las partes. Sólo hablaban de las crueldades cometidas por el régimen de Bacher Al Assad…
R.- Hablábamos de Siria… y de Burma.

P.- Estoy tratando de entender cómo se sentían ustedes… como musulmanes y como inmigrantes en España. Estoy intentando comprender qué les preocupaba… y cuáles eran sus conversaciones.
R.- Estudiamos la historia de los mongoles, de los almorávides, de los almohades… Veíamos los análisis políticos del Islam Story. Y llegamos a la conclusión de que lo que está pasando en el mundo musulmán desde la caída del imperio otomano no se diferencia mucho de lo sucedido en América.

P.- ¿A qué se refiere?
R.- Hablo de la humillación de los pueblos nativos, del expolio de sus riquezas, de la utilización de gobiernos títeres… Se fueron los rojos y nos dejaron a los morenos. De eso hablábamos.

P.- No hablaban de Afganistán, ni de la violencia ejercida por los taliban contra el resto de musulmanes o del modo en que están perjudicando la imagen de una religión basada en la paz y el amor al prójimo.
R.- Mire… yo no estoy muy seguro de que sean ciertas todas esas matanzas de cristianos y de niños cometidas por radicales musulmanes. Intentan llamar la atención con lo de la yihad sexual, pero no es cierto. Los medios de comunicación occidentales mienten y manipulan. El propio Willy Toledo denunciaba hace unos días que uno de los vídeos de París es un montaje…

P.- Lo que trata de decirme es que no cree que también haya personas que estén cometiendo atrocidades en el nombre del Islam... No tiene ni siquiera claro lo de ISIS.
R.- Lo que digo es que hay cosas que también se fabrican. Puede ser que lo hayan hecho. Yo lo ignoro. Pero se han detectado muchas irregularidades, como en la época del GIA, en Argelia. ¿Recuerda usted aquello? Era el Gobierno quien cometía los atentados, y después culpaban a los islamistas. Y respecto a Estado Islámico... antes de nuestra detención nunca se hablaba de ellos. Puede ser que ahora estén matando a civiles, pero yo lo pongo en duda. Los medios de comunicación están muy polarizados.

P. ¿Y qué opinión le merecía a usted, como musulmán converso, la política en Oriente Medio de algunas potencias occidentales como Estados Unidos?
R.- Su manera de "democratizar" es del todo peculiar. Hay muchos países que tampoco respetan los derechos humanos y en los que no intervienen porque no hay un interés político, económico y social. Han dejado un legado de dictaduras y monarquías que deja mucho que desear.

P.- De manera que justifica usted la violencia en algún supuesto.
R.- En caso de legítima defensa, podría ser. De hecho, se contempla en el derecho penal. El Corán nos enseña solo a responder cuando te agreden pero es mejor si perdonas. Gracias a Dios soy musulmán y creo en la rendición de cuentas. Por mi parte sólo puedo suplicar en favor de los oprimidos.

P.- ¿Qué sentimientos le produce a usted lo sucedido en París la semana pasada?
R.- De entrada, lo de publicar esas viñetas me pareció una falta de respeto. Y respecto a los asesinatos, creo que es una "falsa bandera" y que el atentado lleva la firma de la estrella de 6 puntas y no el sello del Islam. Yo diría que ha sido un autoatentado. Lamento la pérdida de vidas inocentes pero es triste ver cómo utilizan las muertes para causar más persecución. Creo también que es una gran hipocresía utilizar la libertad de expresión para lo que a uno le interesa. Si no está de acuerdo conmigo, pregúnteselo a Facu Diaz y a los revisionistas del holocausto de Francia y Alemania.

P.- ¿Qué es un buen musulmán para usted?
R.- Quien quiere para los demás lo que quiere para sí mismo.

P.- ¿A qué cree usted que se debe la emergencia del islamismo radical?, si es que en verdad cree usted en su existencia, hecho del que ya dudo.
R.- No soy un analista político.

P.- ¿Cree usted que es el resultado de la pobreza y de la frustración del oprimido?
R.- No tengo respuestas para eso, pero no creo que se pueda aglutinar todas las casuísticas en sólo dos opciones. Respecto a mí, yo soy una persona integrada y con una familia. Como le dije, desapruebo por completo la violencia y no proyecto ninguna frustración...

P.- ¿Cree usted que muchos  musulmanes de Occidente albergan resquemor hacia los occidentales?
R: Para nada. Ellos son víctimas por partida doble; los medios los estigmatizan y luego son los que sufren la peor parte. Sobre todo, las mujeres que son más fácilmente identificables. Es lamentable ver a una señora con miedo porque pertenece a una minoría rechazada y porque se la culpa de un crimen que no ha cometido.

P.- ¿Qué le atrajo a usted del Islam?
R.- Me atrajo espiritualmente. Me atrajo el Corán, sus ciencias, la vida del Profeta... La lógica y la sencillez se hacen equilibrio en el Islam. Y algo que creo yo que tiene mucho que ver con la hostilidad que suscita: el Islam prohíbe la usura de una manera tajante.

P.- ¿Por qué cree que hay un porcentaje tan elevado de absoluciones entre los imputados por delitos de terrorismo islámico?
R.- Habría que preguntarle a los policías y a los jueces. Hacen un gran escándalo mediático con sus trofeos barbudos y luego la mayoría son absueltos o condenados por otros delitos. Por mi propia experiencia, sé que todo se basa en conjeturas, mucha imaginación y planificación política.

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