Entregó casas en Tupungato con el intendente peronista Joaquín Rodríguez, y una ambulancia al hospital de La Paz, con el radical Gustavo Pinto. Dos dirigentes con beneficios potenciales.
El vice Carlos Ciurca empezó a sacarle el jugo a su estadía al mando de la Provincia mientras Francisco Pérez desarrolla una gira por China y Qatar desde el principio. Con la pelota en la cancha que más disfruta y mejor domina: el territorio.
El jueves entregó casas en Tupungato, con el intendente peronista Joaquín Rodríguez; y el viernes se fue hasta la otra punta para presidir la entrega de una ambulancia al hospital Illia, de La Paz, donde posó con el jefe comunal radical Gustavo Pinto.
Con la chapa de gobernador transitorio, Ciurca salió a curar las heridas íntimas que le dejó la contienda electoral con su remedio preferido: estrechando vínculos con dirigentes propios o ajenos con cuotas de poder territorial.
Desde la Vicegobernación, el líder de La Corriente ya había recalentado el clima interno del oficialismo con su despliegue territorial, visto con resquemor por la parte del sector Azul, de Juan Carlos Chueco Mazzón, que se referencia con la funcionaria del Banco Nación, Patricia Fadel.
Desde que asumió el interinato por viaje de Pérez, Ciurca escribió tres veces en Twitter, dos para contar que estaba encabezando actos en Tupungato, primero, y en La Paz, luego. El tercero fue para felicitar al ingeniero José Balacco tras ser elegido decano de la UTN desbancando al cobismo.
Rodríguez en la interna del PJ es aliado estratégico de los hermanos Emir y Omar Félix, una situación tentadora para la estrategia del armado de La Corriente, a manos de Ciurca. Mientras Pinto es el hermano del próximo presidente del Comité Provincia de la UCR, Sergio Pinto, un interlocutor ineludible para el oficialismo luego del resultado electoral del 27 de octubre.
