Ambición sin límites

"Con el RIGI no alcanza": los zares de la minería piden más concesiones del gobierno para desembarcar

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Barrick Mining Corporation explota la mina Veladero, en Iglesia, San Juan, desde 2003.

El Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) no alcanza para conformar la ambición del capital minero transnacional, engordada por modelos extractivos hiperflexibilizados en países con economías dependientes del derrame de la renta de la minería, que capitalizan los concesionarios de la explotación de sus recursos naturales no renovables.

El gerente regional de una de las tres mineras más grandes del mundo, que opera en Argentina hace más de dos décadas, advirtió que “todavía falta” para que los capitales globales le cumplan el sueño al establishment político y de negocios vernáculo, que apuesta a un modelo de país dependiente del derrame de la renta extractivista.

La minería va a venir, pero todavía falta construir el modelo para llevarla a cabo”, advirtió Marcelo Álvarez, director ejecutivo para Sudamérica de la gigante minera Barrick Mining Corporation, que explota la mina de oro Veladero, en el departamento sanjuanino Iglesia, en plena Cordillera de los Andes.

¿Quién concede más? La puja que incita el capital

El director ejecutivo de Barrick en Sudamérica expuso su perspectiva sobre el panorama minero en Argentina en un foro empresarial organizado por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), en Buenos Aires. Si bien destacó la importancia del país en la producción de oro y su potencial en minerales críticos, también subrayó una serie de barreras que dificultan la captación de inversiones globales en comparación con otras naciones de la región.

“Prácticamente todos los países en desarrollo tienen minerales críticos y las grandes inversiones están buscando los países donde mejores condiciones”, planteó el ejecutivo, que asumió la dirección de la Barrick en Sudamérica tras un recorrido importante como lobbysta de la actividad, una de las que más rechazo social concitan.

“Básicamente hay dos cosas que para mí son claves. La primera es la definición estratégica del modelo minero: qué queremos hacer con la minería y cómo la queremos hacer. Y la segunda es facilitar la inversión, porque no es solamente una cuestión tributaria”, marcó la cancha Álvarez, dejando en claro que el país deberá adaptar el modelo minero vigente al formato que prefieren los inversores, además de profundizar la flexibilización de las condiciones para la explotación de los minerales.

“Con el RIGI no alcanza”

El ejecutivo de la Barrick consideró la implementación del RIGI como un paso importante para atraer capital extranjero al sector minero argentino. Sin embargo, enfatizó que esta medida, por sí sola, no basta para impulsar un flujo sostenido de inversiones, ya que el país enfrenta desafíos estructurales que van más allá del marco impositivo, señaló.

El RIGI mejora las posibilidades para los negocios mineros, pero no es suficiente para torcer el destino de los capitales trasnacionales hacia Argentina, dice el gerente de la Barrick

Según su visión, que es la que impera en el sector minero, el RIGI equipara la carga tributaria del país con la de los Estados que mayor flexibilidad ofrecen para la explotación de sus minerales, lo que, consideró, resulta clave para brindar estabilidad y previsibilidad a los inversores.

Álvarez aseguró que el costo del capital y la falta de infraestructura siguen siendo los principales obstáculos para el desarrollo minero en Argentina. Explicó que mientras que países vecinos, como Chile, cuentan con redes logísticas y energéticas consolidadas, en Argentina los inversores deben asumir costos adicionales para construir caminos, líneas eléctricas y otras estructuras esenciales para la actividad extractiva.

Esta situación -concluyó el gerente- reduce la competitividad del país en el mercado global y refuerza la necesidad de una estrategia integral que combine incentivos fiscales con mejoras en infraestructura y alianzas geoestratégicas.

Mina de oro Veladero, en Iglesia, San Juan.

Uno de los principales obstáculos para las inversiones mineras en Argentina señalados por Álvarez es la falta de infraestructura. En contraste con Chile, que cuenta con una red de transporte y logística consolidada, los proyectos mineros en territorio argentino enfrentan costos más altos debido a la necesidad de desarrollar rutas, instalaciones energéticas y demás servicios básicos.

Esta condición genera una desventaja competitiva al momento de atraer inversiones extranjeras, ya que los inversores prefieren países con infraestructura ya establecida para minimizar sus riesgos y costos. “El inversor para venir a Argentina tiene que construir la ruta y su propia línea eléctrica, entonces, toma la decisión de irse a un país donde todo eso ya está. Por eso, es crítico que definamos cómo queremos hacer minería”, desafió el referente minero.

El papel del Estado

La necesidad de saldar el déficit de infraestructura para atraer inversiones mineras, remarcada por el gerente regional de la gigante canadiense, convive con el desinterés en la inversión pública que funge como eje del modelo impuesto por el presidente Javier Milei desde diciembre de 2023.

"Argentina enfrenta desafíos para establecer el modelo de desarrollo minero", planteó el gerente regional de la Barrick.

Álvarez consideró que mientras en otros países se han logrado esquemas de cooperación público-privada para generar inversión en caminos, energía y servicios básicos, en Argentina no está definido el modelo minero a seguir. “Nosotros también estamos en Ecuador, donde hay un problema de abastecimiento eléctrico”, relató el ejecutivo minero y explicó que frente a esa situación “lo que se está haciendo es construir las alianzas público-privadas para llevar adelante la construcción de la infraestructura para generar esa energía que el país necesita para llevar adelante la minería. Es una cuestión de sinergia”.

En el caso de Argentina, el líder de la Barrick planteó la conveniencia de la construcción de sistema ferroviario para mejorar la renta del negocio minero metalífero, que empieza con la extracción de rocas impregnadas con metal dinamitando la cordillera, continúa con la separación del metal de la roca en piletones de lixiviación, dispuestos a cielo abierto, colmados de agua mezclada con químicos peligrosos para la salud, entre los que se destaca el cianuro, y se completa con la exportación del producto en forma de commodities (materia prima o producto básico) sin más valor agregado.

“Nosotros creemos que si desarrollamos los trenes o llevamos la energía hasta una mina se va a generar un desarrollo alternativo para otras industrias y ahí el ecosistema se vuelve virtuoso”, alentó Álvarez, a la vez que advirtió: “Si la energía o el tren son sólo para la minería, seguramente no van a ser rentables”.

En ese escenario, el director de la Barrick consideró que “el alto costo del capital desalienta la inversión minera en Argentina”. A pesar de los esfuerzos regulatorios, como la implementación del RIGI, los proyectos mineros en Argentina aún requieren un nivel de inversión inicial significativamente mayor que en otros países de la región, manifestó.

Los minerales en el eje de la geopolítica

La demanda global de minerales estratégicos ha convertido a la minería en un asunto geopolítico clave, analizó Álvarez antes de proponer la creación de alianzas geoestratégicas para mejorar la competitividad del sector en Argentina, particularmente con Chile. La sinergia con el país vecino, dijo, podría mejorar el acceso a puertos, facilitar la logística y resolver problemáticas como la gestión del agua, un recurso fundamental para la industria.

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